martes, 31 de marzo de 2015

Asamblea en la carpintería

Por el tipo de mueble que realizan y por la peculiaridad de sus clientes, una de las competencias fundamentales de casi todo el personal de una carpintería es la capacidad de trabajar en equipo, todos juntos en la misma dirección.
¿Y dónde no es necesaria esa competencia? ¿Cuantos problemas vemos por falta de sinergia entre los miembros de un equipo sea deportivo, político, o empresarial...?.
Esta es la historia de las herramientas de una carpintería que convocaron una reunión para tratar de arreglar sus diferencias. El martillo se autoproclamó director de la reunión, pero el resto de herramientas dijeron que tenía que renunciar, porque hacía demasiado ruido. Se pasaba el tiempo golpeando. El martillo aceptó la recusación, pero pidió que El Tornillo también fuera apartado de la dirección porque había que darle muchas vueltas para que sirviera de algo.
Ante semejante ataque, el tornillo también recusó al Papel de Lija, porque era muy áspera en el trato y siempre tenía fricciones con los demás.
La lija aceptó igualmente su recusación pero "en venganza" pidió que fuera expulsado El Metro, porque siempre medía a los demás según su medida, como si fuera el único perfecto. El metro aceptó pero recusó al Serrucho.
En ese momento entró el carpintero en la carpintería y las herramientas dieron por finalizada la reunión. El carpintero se colocó el delantal e inició su trabajo. Utilizó el martillo, el papel de lija, el metro, el tornillo y el serrucho, y al final el tosco bloque de madera se transformó en un estupendo mueble. Al terminar su trabajo, el carpintero se fue, y la carpintería volvió a quedar nuevamente sola.
La asamblea reanudó sus deliberaciones, y el serrucho dijo:
Ha quedado demostrado que todos tenemos defectos. Pero el carpintero ha trabajado con nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace valiosos. Así que no nos fijemos en lo peor de nosotros sino en la fortaleza de nuestros puntos fuertes.
La asamblea encontró entonces que:
El Martillo era fuerte,
El Tornillo unía y daba fuerza,
La Lija afinaba y eliminaba asperezas,
El Metro era preciso y exacto
Y con el Serrucho se cortaban los trozos de madera que no servían.

Todos tenemos virtudes y defectos, pero en la convivencia con otros solemos fijarnos en estos segundos. ¿Te imaginas que pensáramos en la mejor manera de complementarnos con los que nos rodean, potenciando lo positivo de ellos y olvidando lo negativo?

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viernes, 27 de marzo de 2015

¿Cómo vender sin actuar como alguien que quiere vender?

Los clientes o consumidores están, a veces, hartos de las técnicas que buscan como único fin vender algún producto o servicio; los vendedores deben evolucionar, aquí hay una propuesta.

Los clientes ya no son los de antes. La evolución del mercado y de la vida actual ha provocado una transformación en ellos, misma que se ve reflejada en la sofisticación de las necesidades y en sus exigencias.

Los clientes de ahora están más dispuestos a rechazar una “oferta” si es que llegan a sentirse acosados por el vendedor y, a la vez, por sus técnicas erróneas que buscan un solo fin: la venta en sí misma.

Este entorno provoca que los vendedores también evolucionen y apliquen sus técnicas de venta de formas más amigables para los clientes que buscan un asesor cercano que los ayude a escoger los mejores productos mientras cumple con altos estándares de servicio.

Veamos  una serie de características que deben envolver a la figura del vendedor, para que éste mismo pase a ser, más bien, un asesor:

Acumula conocimiento: el primer movimiento es refrescar lo que los vendedores saben del producto y de los de la competencia, la idea es que el cliente pueda hacer cualquier pregunta y se tenga una respuesta exacta que incluya las razones por las que el negocio que representa el vendedor es mejor que el resto. Recuerda que los clientes prefieren a un experto en su giro que a alguien muy insistente en cerrar una venta.

Respeta al cliente: recuerda que muchos clientes prefieren hacer sus compras sin ayuda o con la menor interacción posible con los vendedores, por ello antes de ofrecerle un producto o seguirlo por la tienda pregunta si necesita ayuda. Si la respuesta es negativa, debes respetar esa decisión y permitirle hacer sus compras en calma.

Ofrece ayuda: si por el contrario, el usuario te da una respuesta positiva es momento de iniciar una conversación con el posible cliente sobre sus necesidades para saber qué tipo de productos necesita, qué le interesa más en un producto, qué características específicas busca y ofrécele ayuda para seleccionar entre productos que satisfagan sus necesidades. La clave es ayudarlo a decidir, no forzarlo a comprar.

Sugiere soluciones completas: el truco de agrandar las ventas ofreciendo al cliente productos que tal vez no necesita ahora sólo será efectivo si los complementos realmente elevan el valor del producto original que el cliente necesita. Nunca ofrezcas una solución complementaria si ésta no empata con el objetivo inicial del cliente.
 Enrique Duarte


miércoles, 4 de marzo de 2015

Los seis errores más comunes de los managers de equipo


El portal de empleo Infojobs publica en su web una serie de consejos para intentar evitar los errores más comunes que cometen los managers de equipo en las compañías. Según el portal experto en RRHH, muchos managers carecen de experiencia para gestionar equipos, pero lo realmente preocupante es cuando carecen de los valores, sensibilidad y conocimientos necesarios para interactuar día a día con las personas de su equipo.

El equipo de managers son los principales representantes de toda la empresa. Por ello, según Infojobs,  es muy importante ayudar a los managers de tu empresa a corregir errores comunes como:

1. Desentenderse de la vida personal de los empleados: No es necesario, ni mucho menos, llegar al punto de ser el confidente de los empleados, pero sí que debería interesarse por la situación personal de cada uno de los miembros de su equipo. Ayudará a saber sus necesidades concretas y entender su estado de ánimo.

2. Dar instrucciones poco claras al equipo: Algunos managers son poco claros a la hora de dar directrices o decir a su equipo lo que se espera de ellos en cada proyecto. Es importante que ayudes al manager a establecer prioridades para que el equipo pueda identificar cuáles son las tareas realmente importantes.

3. No confiar en las posibilidades de su equipo: Cuando un manager no confía en la profesionalidad de sus trabajadores puede desencadenar otros daños. Revisar cada detalle del trabajo del equipo o incluso ser incapaz de delegar ciertas tareas por miedo a que se hagan mal crea una sensación de desconfianza dentro del equipo que al final se traduce en poca motivación y dedicación por parte de los trabajadores.

4. Tomar decisiones sin pedir opinión: En estos casos los trabajadores pronto se dan cuenta de que sus ideas y propuestas no se toman en cuenta y eso resulta muy poco motivador. Un manager debe aprender a escuchar activamente a cada una de las personas que integran su equipo, ya que pueden ofrecer un punto de vista más real en algunos aspectos de trabajo y sus observaciones pueden contribuir muy positivamente a la mejora del departamento.

5. No saber reaccionar ante los problemas: Esperar a que los problemas o conflictos entre empleados se resuelvan solos es lo peor que puede hacer un manager. Un manager debe de ser capaz detectar posibles problemas y conflictos y buscar una solución antes de que la cosa sea irrecuperable.

6. Tener favoritismos: Si un manager muestra diferencias en cuanto a escuchar la opinión o preocuparse del bienestar de unos u otros trabajadores, inmediatamente se crearán diferencias entre los propios trabajadores. Un manager debe tratar y escuchar por igual a todos sus empleados. Es normal que a nivel personal pueda tener más afinidad con ciertos trabajadores que con otros, pero eso no debe afectar a su relación como manager con el equipo.