viernes, 24 de abril de 2015

¿Cómo trabajan los mejores jefes?

El desafío de que los jefes... también sean líderes

Contar con mandos medios que sepan liderar es fundamental. Eso no está en duda. Sin embargo, a muchas empresas les cuesta encontrar a las personas correctas. Un supervisor puede ser muy bueno a nivel operativo, pero también se requiere que desarrolle vínculos, confianza y motive equipos.

Hoy se habla del liderazgo como un fin. Los empresarios, en mayor o menor medida, son conscientes de que la generación de jefes/líderes es vital para el cumplimiento de los objetivos

En nuestros países de América Latina hay muchas empresas en las que hablar de estos temas no es tan utópico como lo era 10 años atrás. Es una preocupación presente en los empresarios locales. Es un tema cultural que ha venido rompiendo paradigmas.

En muchos casos es la alta dirección de la empresa la que ha fallado en la identificación del liderazgo como vector de sostenibilidad de la organización y por lo tanto no ha promovido un plan consistente para preparar a sus jefes como líderes, pensando en el mediano y largo plazo.

De jefe a líder

En el libro Buen jefe, Mal jefe, Robert Sutton de la Standford Engineering School combina el análisis de casos reales con investigaciones para ofrecer una visión de cómo trabajan los mejores jefes.

El jefe puede ser muy bueno en su trabajo y justificar, a través de su formación y conocimiento, su jerarquía. Pero con eso no basta. Es necesario liderar equipos y generar vínculos de confianza.

La jefatura tiene que ver con el lugar que ocupamos en un organigrama de cargos y alude a una posición jerárquica dentro de una organización, que supone responsabilidad por la tarea o los resultados de un equipo a cargo.
El liderazgo, en cambio, es el rol que cumplimos cuando tenemos que lograr que otros hagan cosas, tengamos o no una relación jerárquica que nos vincule. Tiene mucho más que ver con la capacidad de influir positivamente en los demás.

Para que el liderazgo sea real y funcione, el jefe debe comprender que generar lazos con el equipo y desarrollar vínculos fuertes no es una “tarea accesoria” o algo por lo que deba preocuparse en los ratos libres. Debe ser un modo de actuar que determine todo su trabajo.

Es frecuente encontrarnos en las empresas con jefes muy buenos operativamente que hacen muy bien su trabajo, pero no miran a las personas como el capital de las organizaciones.

En las organizaciones del siglo XXI se necesita gente que gestione personas con cierta calidad.

En suma, hay coincidencia en que un líder es aquel que puede sostener los resultados a futuro, porque fue capaz de ganarse y mantener la confianza de su equipo.

Acompañar al líder

Es cada vez más común que los jefes se encuentren de buenas a primeras ante una directiva que comience a exigirle que se transforme, que mute. En concreto, se le pide que además de ejercer su jefatura, se transforme en un referente para su equipo, que gane su confianza, que lo lidere.

Los ejecutivos suelen vivir este cambio de rumbo como algo traumático, porque no se sienten preparados para hacerlo o no saben cómo.

La Dirección muchas veces sabe que los jefes están comprometidos verdaderamente con los objetivos y, en esta relación de confianza, los hacen depositarios de todo lo que tiene que ver con “manejar” al colectivo de empleados. Pero ¡Cuidado!: es muy fina la línea divisoria entre la delegación con empoderamiento y el abandono del supervisor a su suerte. En este proceso, el jefe suele sentirse incómodo, intentando conformar a los directivos de la empresa y a los trabajadores.

El resultado ha sido una frustración generalizada en empleados que dejan la organización bastante decepcionados, directivos que no tienen equipos de gestión que puedan gestionar el factor humano, y jefes que se sienten impotentes ante realidades que no saben cómo manejar a pesar de dedicar muchísimas horas al trabajo y ser incondicionalmente leales a la empresa. Simplemente no entienden qué quieren las personas ni cómo lograr motivarlas para que cumplan con su tarea, no generen conflictos y permanezcan en la empresa.

Los jefes pueden generar resistencias, si un día, de buenas a primeras, la directiva le transmite que debe cumplir los mismos objetivos planteados, sumando ahora calidad en el vínculo con su equipo.

Los jefes son los que ponen en práctica lo que las organizaciones quieren y son los que terminan generando la percepción (de buen clima laboral). Puedes tener la mejor política de beneficios, por ejemplo, pero si los líderes no la aplican con cierta calidad y no apoyan y no comunican no va a ser percibida por el empleado,

Herramientas para liderar

Para lograr liderar a un equipo, es fundamental ganarse la credibilidad de sus integrantes. Esto se logra siendo sólido en la tarea que se realiza, teniendo una ética personal socialmente responsable que incluya al otro como prioridad, explicó la profesora del IEEM, Valeria Fratocchi.
El 50% de los empleados de EE.UU. renuncian a sus trabajos, en algún punto de sus carreras, para alejarse de la toxicidad de su jefe, según una reciente encuesta de Gallup.

Los mejores jefes son reconocidos por ser accesibles y comunicativos con sus empleados, a quienes consideran colaboradores. Para liderar, el jefe debe ser contundente a la hora de interactuar con el equipo y lograr así vínculos genuinos.

Para comenzar este proceso de generación de líderes, las empresas y los ejecutivos sólo necesitan tener la voluntad de hacerlo. Mediante programas de capacitación de líderes la dirección de una empresa cualquiera, puede  “ayudar” a los jefes a “crear vínculos de confianza” con sus empleados y a mantenerlos en el tiempo.

Las herramientas están, más aquí o más allá, al alcance de las empresas. Lo importante es que los ejecutivos estén convencidos de la importancia que tiene para su trabajo el camino que van a emprender.

Responsabilidad de los líderes en el buen clima

Cuando los trabajadores tienen una relación de confianza con los jefes, dan más de sí mismos; brindan un plus que va más allá de lo que establece su contrato laboral en términos monetarios. Ese valor intangible se llama Giftwork. El concepto fue creado por el fundador de GPTW, Robert Levering. El estadounidense asegura que la parte más valiosa del trabajo es la que no se compra.

Bajo esta consigna funciona el programa de capacitación de líderes de GPTW  que lleva años funcionando en el mundo. El programa pretende ayudar a los jefes a  crear, sostener y multiplicar esa relación de confianza para mejorar su desempeño, cumplir los objetivos de la empresa. El objetivo es que toda la organización funcione bajo el concepto de Giftwork

A la hora de generar un buen lugar para trabajar, el 50% es responsabilidad del jefe, 20% del trabajador y 30% de la empresa.

La temática de liderazgo en las empresas, debe trabajarse desde la selección misma de personal, buscando además  de las competencias para el cargo, identificar si tiene el perfil para el puesto siguiente que, eventualmente, pueda llegar a ocupar. Hay que buscar elementos como: “las ganas de generar buen clima”, “saber que solo no puede”, y “capacidad para motivar”.

En un eficiente programa de formación de líderes, se debe pedir a los jefes que identifiquen quien podría ser su sucesor, en caso de moverse a otra posición. Luego, se apoya brindando talleres como por ejemplo: Jefe por primera vez (a quienes lo son y a quienes tienen posibilidad de  serlo). Lo que se pretende es dejar “listo” al posible sucesor. Esto no significa que vaya a ocupar el lugar; pero sí no estás listo seguro que no pasa. También se deben brindar talleres sobre trabajo en equipo y cómo reconocer a los subordinados.

Asimismo se debe realizar un trabajo de “calidad gerencial” con base en encuestas. Son los propios empleados los que pueden evalúar a sus jefes en talleres con el objetivo de obtener una mejora en su liderazgo. La consigna debe ser “si ayudas a tu jefe, te ayudas a ti mismo, y vas a pasarlo mejor. Luego la dirección trabaja con cada jefe para fijar objetivos de mejora. En este proceso los empleados trabajan ya sobre lo que se necesita para ser jefe, algo que le puede tocar a alguno de ellos.

Cómo ser Líder y no solo jefe

Los mejores principios y valores sobre esta materia son:

1. Ten un Respeto genuino por los demás, inclusivo de la diversidad que hoy encontramos en las organizaciones.
2. Mantén una Escucha activa para empatizar con las expectativas de tus colaboradores, en el terreno personal y en el ámbito colectivo.
3. Genera una Comunicación oportuna, suficiente y clara con tu equipo para asegurar el flujo de información necesario para cada colaborador y abonar su compromiso con el proyecto.
4. Se Congruente entre lo que piensas, lo que dices y lo que haces; debes ser un modelo creíble de tu propia prédica en cada uno de tus comportamientos.
5. Deber ser Generoso en el reconocimiento merecido por tus colaboradores cuando sus aportes impactan positivamente en las metas del equipo.
6. Debes tener gran Competencia en tu área de especialidad y en la gestión que tienes a cargo: sabes de lo suyo lo necesario para velar por el cumplimiento de los objetivos del equipo.
7. Y debes poseer la suficiente Madurez emocional para admitir errores sin sentirte amenazado y con la suficiente autoconfianza para aceptar los problemas y a partir de eso liderar la mejora y el cambio.

Fuente: elobservador.com.

lunes, 20 de abril de 2015

¿Qué precio ponerle a tus servicios profesionales?

El precio de tus servicios debe ser acorde a los resultados que ofreces

Si son tus primeros comienzos como profesional independiente, seguro te estarás planteando qué precio ponerle a tus servicios. Pero aún si llevas un tiempo en el mercado, muchas veces las dudas sobre si tu precio es correcto, si esa es la razón por la que los clientes no quieren pagar tus honorarios o te piden descuentos, o simplemente el hecho de que llevas bastante tiempo sin animarte a actualizar tus tarifas (sobre todo por miedo a perder clientes), se convierte en una bola de nieve que te deja híper inseguro respecto a tus honorarios profesionales.

¿Es tu caso? Entonces esto que voy a enseñarte te encantará porque te llevaré paso a paso a través de estas claves para que tú mismo puedas ponerle precio a tus honorarios. No voy a decirte si tienes que cobrar 1 dólar, 50 dólares o 1000 euros. Pero voy a darte las claves más importantes para que tú mismo puedas encontrar el precio correcto para tus servicios. Aquí tienes:

3 claves que te ayudarán a ponerle el precio adecuado a tus servicios profesionales

Clave #1 – El precio de tus servicios debe reconfortarte y satisfacerte

Parece una obviedad, y lamentablemente no lo es. No será la primera vez que escuches que porque la crisis, o porque el mercado está agotado o resentido, debes aceptar “precios bajos” o “lo que haya”.   Si bien puede haber excepciones (más abajo hablo de ellas), en general no debería ser así. Necesitas poner tarifas que te permitan estar al máximo de tu potencial y darle todo a tu cliente. Y para ello, necesitas estar a gusto con tus precios.

¿Y qué pasa si no cumples con este requisito? ¿Qué pasa si aceptas un cliente a un precio que no te satisface en lo absoluto sólo por el hecho de “tener un cliente más”? Imagínate trabajar codo a codo con una persona, resintiendo cada día lo que le estás cobrando. Si tienes un negocio profesional donde vendes tu conocimiento, donde el mayor capital que ofreces es la ayuda que puedes brindarle a tu cliente, debes estar a gusto con él y con lo que estás cobrándole. Si no, te sentirás mal, tu energía bajará y te aseguro que tarde o temprano, la calidad de tu servicio también se verá afectada.

Atención: nadie está exento de haber recibido alguna vez a un cliente a bajas tarifas o haber hecho “alguna excepción” basado en una situación particular. Si esto te ha ocurrido no es para flagelarte ni juzgarte. Pero la excepción no es la regla, y mientras haya sido un caso aislado, no pasa nada. Ahora bien, si son más esos casos que los que tienen honorarios que te complacen, allí es donde debes comenzar a leer esta clave nuevamente y reflexionar sobre qué harás a continuación.

Clave #2 – El precio de tus servicios debe permitirte comprometerte al máximo y trabajar incansablemente por esa persona

Aquí hay varias teorías y te cuento cuál es la que más me gusta y de hecho aplico en mi práctica profesional. Algunas personas pueden decirte que es mejor cobrar un precio regular por un servicio estándar o acotado, y luego si el cliente necesita más, le ofreces entregarle (o cobrarle) los adicionales, o pasarlo a un programa superior, etc.

Es totalmente válida, puedes hacerlo. Sólo recuerda ser bien claro a la hora de ofrecer tus servicios a tu cliente, y poner los límites done corresponde. Caso contrario… y bueno, puede sentirse un tanto decepcionado por no usar una palabra peor.

En mi caso, el modelo que utilizo es de compromiso total. Lo leí hace tiempo en un artículo de uno de los mentores a quien sigo (Robert Middleton, de actionplan.com, ya te he hablado de él en otras oportunidades) y tuvo total sentido para mí. Él explicaba perfectamente que hay clientes que van a demandar menos, y otros van a demandar más. Y tus servicios (y por consiguiente tus honorarios) deben permitirte tener full disponibilidad, compromiso al máximo y ayuda incansable a ese cliente que hoy te necesita. Y aun así tú debes poder ser capaz de mantener una sonrisa en tu boca, no por amabilidad, sino por estar conforme con lo que estás entregando.

Esto es lo que yo te recomiendo y lo que yo utilizo con mis clientes. Cuando uno de ellos comienza conmigo un programa de mentoría privada sabe exactamente qué recibirá y cuánto deberá pagar y eso es lo único que pagará en todo este programa. No escatimo nada de información para mis clientes. Le enseño todas las estrategias que utilizo, cómo lo hago, qué consigo y qué no. Tengo total apertura y claridad con esa persona y, por el tiempo acordado de contratación, tienen cualquier adicional gratis (clase online, libro, etc). Además, si esta persona requiere más de mí, si tengo que hacer cambios en el programa (siempre y cuando estén dentro de los límites de lo que mis servicios incluyen, por supuesto), si tengo que dedicarme más, si tengo que ofrecerle recursos extras, todo está incluido en el modelo de compromiso total.

¿Cuál es tu compensación, entonces? Honorarios y programas de alto nivel. ¿Esto dejará a muchos fuera de la posibilidad de contratarte? Sí, es cierto. Pero también deja a tus clientes mucho más satisfechos. Haz la ecuación.

Clave #3 – El precio de tus servicios debe ser acorde a los resultados que ofreces

Otra obviedad que no es tan obvia a la hora de aplicarla. Ya me has leído en muchísimos artículos decir que una de las primeras cosas que debes definir en tus servicios (incluso antes del precio) se trata de los resultados que tu cliente obtendrá trabajando contigo. En función de esos resultados, es que podrás luego poner una tarifa acorde.

Veamos un ejemplo numérico para que te sea más fácil entenderlo (y aplicarlo). Si te proponen invertir 50 dólares en un negocio, y recuperar el doble en el primer año, parece un negocio creíble. ¿Qué pasa si te proponen el mismo negocio y tienes que invertir 100 dólares, para recibir durante un año 50.000 dólares? ¿Suena tentador? ¿O suena… mmm al menos un poco extraño? Recuerda, nadie cree en fórmulas mágicas y modelos del estilo “hágase rico de la noche a la mañana”. Si vas a contratar a un mentor o entrenador que va a ayudarte a hacer 50.000 dólares al año, te aseguro que vas a lucir poco profesional si al menos no tienes 4 cifras en tus honorarios.

¿Tus resultados no se pueden medir en dinero? No te espantes. Todo tiene un valor en la vida, aun cuando no se pueda medir en dinero. Una de mis clientas es Coach especialista en autoestima. Ella podría decirme que sus servicios son difíciles de traducir en dinero, ¿verdad? Ahora bien, una persona cuya seguridad personal está totalmente destrozada, su autoestima por el piso, y su fe en sí mismo más que ausente, ¿cuándo habrá sido la última vez que pidió y consiguió un aumento de salario? ¿O que emprendió un proyecto o negocio personal con éxito? ¿Acaso eso no se mide tangiblemente? ¿Qué valor tiene para esta persona que mencionamos, cambiar su vida y recuperar su valor personal? Descúbrelo y así podrás poner tus honorarios en el nivel correcto.

Recuerda, entonces, poner el precio de tus honorarios en el exacto escalón que permita a tus clientes estirarse un poquito y acceder a ellos, pero también que te muestre como un profesional comprometido con sus resultados.
Publicado por Gabriela Turiano

jueves, 9 de abril de 2015

Las 10 preguntas más extrañas que Apple, Google o Facebook hacen a sus futuros empleados

Las tecnológicas no sólo piden a sus candidatos un currículum inmaculado, también quieren que sean capaces de responder preguntas insólitas.

Para acceder al puesto de trabajo soñado en las compañías del Olimpo tecnológico ya no bastará con tener un excelente expediente académico, buenas referencias, gran capacidad de trabajo en equipo o experiencia previa en el sector.

Los entrevistadores de Google, Apple o Facebook sorprenden a los que quieren entrar a formar parte de la plantilla con preguntas, en ocasiones, verdaderamente desconcertantes con el objetivo de que hagan gala de su inventiva y den rienda suelta a su imaginación y sentido común.

Si pretendes entrar a formar parte de alguna de las puntocom más célebres, olvida el manido "¿Dónde te ves dentro de cinco años?" y empieza a preparar una respuesta válida para alguna de estas cuestiones.

¿Cómo obtendrías 8 porciones de una tarta si sólo pudieras efectuar 3 únicos cortes? (Airbnb)
La plataforma de búsqueda de alojamientos quizás quiere con esta pregunta deshacerse pronto de mentes excesivamente cuadriculadas o encontrar a los que más apliquen la lógica en su día a día.

¿Te consideras más un cazador o un recolector? (Dell)
Con esta cuestión la multinacional estadounidense busca, seguramente, averiguar el tipo de trabajador que podría incorporar a sus filas. Desde luego, es mucho más sutil que preguntarle directamente al candidato en cuestión si se ve a sí mismo como todo un tiburón.

Si fueras repartidor de pizza a domicilio, ¿Cómo te beneficiarías del uso de tijeras? (Apple)
Aunque no hay una explicación oficial sobre las razones para incluir esta pregunta, probablemente los de Cupertino se la proponen a sus posibles asalariados para saber cómo reaccionan ante los imprevistos y conocer un poco mejor su manera de pensar fuera de las cuestiones estándar.

¿Por qué la Tierra es redonda? (Twitter)
Este 'Giro Copernicano' de los entrevistadores quizás pretende averiguar si los aspirantes tienen suficientes conocimientos de astronomía y física, si saben que en realidad la Tierra no es completamente redonda o si son lo suficientemente avispados para salir por la tangente y elaborar una respuesta imaginativa, como los millones de tuiteros que vuelcan sus reflexiones todos los días en la red de microblogging.

Si estuvieras en una isla desierta y sólo pudieras llevar 3 cosas ¿Cuáles serían? (Yahoo)
Uno de los típicos interrogantes que pululan por las páginas de muchas revistas se cuela en las entrevistas de Yahoo. Lo más probable es que con este tipo de preguntas se obligue a los candidatos a abandonar las respuestas típicas y a que piensen en todas las eventualidades que podrían rodear esa hipotética isla (la climatología, la presencia de peligros, etc.).

Diseñe un plan de evacuación para la ciudad de San Francisco (Google)
Esta cuestión sigue la estela de la anterior ya que los de Google quieren ver si el solicitante busca todas las variables para resolver la situación (deberá pensar, por ejemplo, a qué catástrofe se enfrenta) y cómo afronta un problema grave (si hace gala de su imaginación, de su pragmatismo, si se bloquea...).

Si al llegar a la oficina tuvieras 2.000 emails sin leer y sólo pudieras responder 300 ¿Cómo seleccionarías a cuáles contestar? (Dropbox)
Los más organizados sabrán cómo priorizar los correos a atender, los menos preparados podrían agobiarse ante tal avalancha de comunicaciones pendientes y los más ambiciosos buscarán la manera de avanzar con el trabajo y ampliar ese límite de 300 posibles respuestas.

¿Cuantas pelotas de golf caben en un autobús escolar? (Google)
Los de Mountain View quieren que sus candidatos den por sí mismos con la clave para resolver este enigma sin necesidad de recurrir a su popular buscador. Una vez más, se trata de comprobar si pueden reaccionar ante preguntas imprevistas, razonar y elaborar una respuesta matemática que se base en las dimensiones del vehículo y el volumen que ocuparían efectivamente las pelotas (aunque no proporcionen una cifra exacta y correcta al 100%).

¿Cuánto cobrarías por limpiar todas las ventanas de Seattle? (Facebook)
Con esta pregunta, que también han sufrido algunos de los que hoy forman parte del personal de Google, la mayor red social del mundo no quiere desconcertar a los aspirantes, sino sacarlos de su zona de confort y que contesten con una cantidad concreta (se valorará positivamente si ésta es fruto de un razonamiento lógico o si se acerca al sueldo real de los que trabajan en este sector).

Si Jeff Bezos (CEO de Amazon) entrara en tu despacho y te diera un millón de dólares por tu idea más innovadora ¿Cuál sería? (Amazon)
Este interrogante entra también dentro de los típicos, pero la firma de e-commerce no deja pasar la ocasión de incluir a su insigne CEO en esta situación hipotética. La compañía quizás no espere una respuesta revolucionaria, pero sí que el candidato no se quede en blanco.

FUENTE Sara Huertas 

lunes, 6 de abril de 2015

Los 7 peores errores que la gente comete en sus 30

Lo habitual es que los 30 sea la etapa para asentarse, después de haber asumido riesgos en los 20 y haberte conocido a ti mismo.

En esta edad lo normal es estar muy ocupado formando una familia y ascendiendo en el trabajo. Aquellos que ya han pasado esta década afirman que al acumularse las responsabilidades, se vuelve más fácil desatender relaciones sociales e ignorar oportunidades que nunca volverán.

Abandonar las aspiraciones más altas
Los veinteañeros no suelen querer asentarse en un trabajo que no les apasione, pero antes de que lo sepan, ese trabajo aparece en su camino. Algunos señalan que su mayor error fue convertirse en un “adicto al salario mensual”, en el sentido de que se aferraron a la seguridad de un trabajo en lugar de perseguir la satisfacción laboral.

Si alguna vez quisiste emprender un negocio o perseguir un proyecto, será aún más difícil según crezcan tus responsabilidades.

Poner tu carrera por delante de tu familia y amigos
No sólo trabajes. Vive, consigue experiencias. Cuanto más viejo te hagas, más difícil es conseguir relaciones valiosas. Fomenta eso mientras eres joven, así se expresaba el diseñador de productos de Microsoft Micheal Dorian Bach, quien está al final de sus 30.

Desatender la salud
Hay quien señala que perseguir progresar en la carrera puede mermar la salud. “Estar saludable es la prioridad número uno, no pases los 30 lento y cansado todo el tiempo. Apesta”, aconsejan algunos. Desarrolla una rutina de ejercicios, y disfruta de tu movilidad mientras eres aún joven.

Perder la oportunidad de tener hijos
Alison Whitmire comparte una historia personal sobre como priorizó su carrera y perseguir una nueva oportunidad en lugar de intentar ser madre. Años después, tras un embarazo fallido y acabar divorciada, se volvió a casar y tuvo un bebé a los 43. Se dio cuenta de que nunca estás adecuadamente preparado para tener hijos, y si quieres uno, lo mejor es hacerlo antes de que sea demasiado tarde.

No pasar suficiente tiempo con sus padres
El emprendedor y bloguero James Altucher, quien tiene ahora 46, escribe sobre un recuerdo particularmente difícil para él: “Cuando tenía 34 le colgué el teléfono a mi padre durante una discusión y nunca le devolví sus llamadas. Seis meses después tuvo un derrame cerebral y murió. Una semana después de que me hubiese escrito un correo para ver cómo estaba; correo que no contesté. Lo siento papá”

Puede ser fácil olvidar que tus padres se hacen mayores al mismo tiempo que tú. Que no sean algo que das por hecho.

No establecer bases financieras para el futuro
Según crecen tus responsabilidades, puede parecer que lo poco que podrías ahorrar no supondrá mucho cuando llegue la jubilación, pero será aún más difícil si empiezas a ahorrar a los 40.

Dejar de pasarlo bien
Sólo porque los 20 no volverán no significa que tengas que dejar de disfrutar de la vida. Algunas experiencias señalan que usaron la primera mitad de los 30 en perseguir dinero y sólo les hizo infelices y más cínicos ante la vida.

Haz planes, viajes, cosas diferentes con tu pareja. Viaja con tus hijos. Ve a conciertos, espectáculos o eventos deportivos con tus mejores amigos. No olvides que el dinero por el que trabajas no sirve de nada si eres miserable.

Fuente: BussinessInsider