El precio de tus servicios debe ser acorde a los resultados que ofreces |
Si son tus primeros comienzos
como profesional independiente, seguro te estarás planteando qué precio ponerle
a tus servicios. Pero aún si llevas un tiempo en el mercado, muchas veces las
dudas sobre si tu precio es correcto, si esa es la razón por la
que los clientes no quieren pagar tus honorarios o te piden descuentos, o
simplemente el hecho de que llevas bastante tiempo sin animarte a actualizar
tus tarifas (sobre todo por miedo a perder clientes), se convierte en una bola
de nieve que te deja híper inseguro respecto a tus honorarios profesionales.
¿Es tu caso? Entonces esto que voy a enseñarte te
encantará porque te llevaré paso a paso a través de estas claves para que tú
mismo puedas ponerle precio a tus honorarios. No voy a decirte si tienes que
cobrar 1 dólar, 50 dólares o 1000 euros. Pero voy a darte las claves más
importantes para que tú mismo puedas encontrar el precio correcto para tus
servicios. Aquí
tienes:
3 claves que te ayudarán a ponerle el precio adecuado a tus servicios
profesionales
Clave
#1 – El precio de tus servicios debe reconfortarte y satisfacerte
Parece una obviedad, y
lamentablemente no lo es. No será la primera vez que escuches que porque la
crisis, o porque el mercado está agotado o resentido, debes aceptar “precios
bajos” o “lo que haya”. Si bien puede haber excepciones (más abajo
hablo de ellas), en general no debería ser así. Necesitas poner tarifas que
te permitan estar al máximo de tu potencial y darle todo a tu cliente. Y para
ello, necesitas estar a gusto con tus precios.
¿Y qué pasa si no cumples con
este requisito? ¿Qué pasa si aceptas un cliente a un precio que no te satisface
en lo absoluto sólo por el hecho de “tener un cliente más”? Imagínate
trabajar codo a codo con una persona, resintiendo cada día lo que le estás
cobrando. Si tienes un negocio profesional donde vendes tu conocimiento, donde
el mayor capital que ofreces es la ayuda que puedes brindarle a tu cliente,
debes estar a gusto con él y con lo que estás cobrándole. Si no, te sentirás
mal, tu energía bajará y te aseguro que tarde o temprano, la calidad de tu
servicio también se verá afectada.
Atención: nadie está exento de
haber recibido alguna vez a un cliente a bajas tarifas o haber hecho “alguna excepción”
basado en una situación particular. Si esto te ha ocurrido no es para
flagelarte ni juzgarte. Pero la excepción no es la regla, y mientras haya sido
un caso aislado, no pasa nada. Ahora bien, si son más esos casos que los que
tienen honorarios que te complacen, allí es donde debes comenzar a leer esta
clave nuevamente y reflexionar sobre qué harás a continuación.
Clave #2 – El precio de
tus servicios debe permitirte comprometerte al máximo y trabajar
incansablemente por esa persona
Aquí hay varias teorías y te
cuento cuál es la que más me gusta y de hecho aplico en mi práctica
profesional. Algunas personas pueden decirte que es mejor cobrar un precio
regular por un servicio estándar o acotado, y luego si el cliente necesita más,
le ofreces entregarle (o cobrarle) los adicionales, o pasarlo a un programa
superior, etc.
Es totalmente válida, puedes
hacerlo. Sólo recuerda ser bien claro a la hora de ofrecer tus servicios a
tu cliente, y poner los límites done corresponde. Caso contrario… y bueno, puede
sentirse un tanto decepcionado por no usar una palabra peor.
En mi caso, el modelo que
utilizo es de compromiso total. Lo leí hace tiempo en un
artículo de uno de los mentores a quien sigo (Robert Middleton, de
actionplan.com, ya te he hablado de él en otras oportunidades) y tuvo total
sentido para mí. Él explicaba perfectamente que hay clientes que van a demandar
menos, y otros van a demandar más. Y tus servicios (y por consiguiente tus
honorarios) deben permitirte tener full disponibilidad, compromiso al máximo y
ayuda incansable a ese cliente que hoy te necesita. Y aun así tú debes
poder ser capaz de mantener una sonrisa en tu boca, no por
amabilidad, sino por estar conforme con lo que estás entregando.
Esto es lo que yo te
recomiendo y lo que yo utilizo con mis clientes. Cuando uno
de ellos comienza conmigo un programa de mentoría privada sabe exactamente qué
recibirá y cuánto deberá pagar y eso es lo único que pagará en todo este
programa. No escatimo nada de información para mis clientes. Le enseño todas
las estrategias que utilizo, cómo lo hago, qué consigo y qué no. Tengo total
apertura y claridad con esa persona y, por el tiempo acordado de contratación,
tienen cualquier adicional gratis (clase online, libro, etc). Además, si esta
persona requiere más de mí, si tengo que hacer cambios en el programa (siempre
y cuando estén dentro de los límites de lo que mis servicios incluyen, por
supuesto), si tengo que dedicarme más, si tengo que ofrecerle recursos extras,
todo está incluido en el modelo de compromiso total.
¿Cuál es tu compensación,
entonces? Honorarios y programas de alto nivel. ¿Esto dejará a muchos fuera de
la posibilidad de contratarte? Sí, es cierto. Pero también deja a tus clientes
mucho más satisfechos. Haz la ecuación.
Clave #3 – El precio de
tus servicios debe ser acorde a los resultados que ofreces
Otra obviedad que no es tan
obvia a la hora de aplicarla. Ya me has leído en muchísimos artículos decir
que una de las primeras cosas que debes definir en tus servicios (incluso antes
del precio) se trata de los resultados que tu cliente obtendrá trabajando
contigo. En función de esos resultados, es que podrás luego poner una tarifa
acorde.
Veamos un ejemplo numérico
para que te sea más fácil entenderlo (y aplicarlo). Si te proponen invertir 50
dólares en un negocio, y recuperar el doble en el primer año, parece un negocio
creíble. ¿Qué pasa si te proponen el mismo negocio y tienes que invertir 100
dólares, para recibir durante un año 50.000 dólares? ¿Suena tentador? ¿O suena…
mmm al menos un poco extraño? Recuerda, nadie cree en fórmulas mágicas y
modelos del estilo “hágase rico de la noche a la mañana”. Si vas a contratar a
un mentor o entrenador que va a ayudarte a hacer 50.000 dólares al año, te
aseguro que vas a lucir poco profesional si al menos no tienes 4 cifras en tus
honorarios.
¿Tus resultados no se pueden
medir en dinero? No te espantes. Todo tiene un valor en la
vida, aun cuando no se pueda medir en dinero. Una de mis clientas es Coach
especialista en autoestima. Ella podría decirme que sus servicios son difíciles
de traducir en dinero, ¿verdad? Ahora bien, una persona cuya seguridad personal
está totalmente destrozada, su autoestima por el piso, y su fe en sí mismo más
que ausente, ¿cuándo habrá sido la última vez que pidió y consiguió un aumento
de salario? ¿O que emprendió un proyecto o negocio personal con éxito? ¿Acaso
eso no se mide tangiblemente? ¿Qué valor tiene para esta persona que
mencionamos, cambiar su vida y recuperar su valor personal? Descúbrelo y así
podrás poner tus honorarios en el nivel correcto.
Recuerda, entonces, poner el
precio de tus honorarios en el exacto escalón que permita a tus clientes
estirarse un poquito y acceder a ellos, pero también que te muestre como un
profesional comprometido con sus resultados.
Publicado por Gabriela Turiano
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