Se dice que cuando un hombre sabe
tratar a la mujer como princesa es que fue enseñado por una reina. De ahí la
responsabilidad de una madre en la educación de un hijo para lanzarlo a la vida
adulta como un individuo de bien, responsable de su hogar y todo lo que implica
un buen hombre de familia.
Es de mamá quien recibe esa dirección para su andar
en la vida, es la más ardua labor guiarle por el camino correcto sabiendo amar, respetar,
trabajar, alcanzar objetivos, entre otras virtudes que aprenden en
casa.
Si eres madre de uno
o más varoncitos, entonces considera los siguientes puntos para el proceso de
su formación, para que en un futuro tu nuera te vea como una reina y no como
todo lo contrario.
1) Orden y limpieza
El orden es de
los primeros valores que aprendemos en la vida, Dios mismo nos pone
el ejemplo de orden, El, desde un inicio puso el universo en su lugar porque
todo se logra mejor con un orden, y si tu hijo lo desarrolla desde pequeño
logrará el buen hábito en su vida adulta.
Se dice que una
imagen vale más que mil palabras, así que si deseas que el niño empiece a
colaborar en el orden de la casa, tú misma debes ser la primera en reflejarlo y
así facilitarles la enseñanza.
Además del orden, la limpieza es otro valor que debes inculcar, al final, una buena
higiene en tu hijo lo hará más saludable por el buen cepillado de dientes o el
lavarse las manos después de ir al baño, por mencionar algunos ejemplos.
Para finalizar este
primer punto, es importante recomendar que tu hijo aprenda no solo lavarse las
manos después de ir al baño, si no que por higiene y respeto a los o a las
demás, limpien los orines que quedan alrededor de la taza sanitaria y piso. Tú
misma y quienes viven en casa se lo agradecerán, así como tu futura nuera.
2) Responsabilidad
El cumplimiento de
las obligaciones es un buen principio para la responsabilidad, así que conforme vaya
creciendo es importante que se las vayas asignando. No por el hecho de que tú
estás a cargo de la casa, significa que le resolverás todo a tu hijo, no
permitiendo poner la mesa, recoger su plato después de comer, guardar sus
juguetes después de que él jugó, y otras actividades que perfectamente el hijo
puede hacer como parte de sus responsabilidades. Evita hacer todo por él,
porque toda ayuda innecesaria limita al que la recibe. Hazlo responsable a
través de cumplir con sus tareas asignadas. También enséñale a tener
alternativas en situaciones difíciles. Que puede hacer y ser feliz con lo que
tiene, que entienda que la felicidad va más con la paz
interior que la euforia exterior independientemente de la circunstancia.
3) Amor y límites…
“La
vara y la corrección dan sabiduría; mas el muchacho consentido avergonzará a su
madre”. (Prov.29:15).
Como madre buscas
darle lo mejor a tu hijo, incluso si careciste de algo, procuras que él no lo
padezca, y no está mal, siempre y cuando no quieras facilitarle la vida,
dándole absolutamente todo lo que esté y no a tu alcance. Cuando no quieres
contrarrestar sus deseos y procuras que nunca le falte nada, en vez de
ayudarle, lo estás perjudicando. ¿Por qué? Porque cuando se permite una vida fácil a los hijos,
se hace de ellos seres satisfechos y conformistas, sin la actitud de
superación personal y sin la mirada puesta en el futuro que requiere todo
proyecto de vida. Por ello es importante educarlos en amor, estableciendo límites.
Aunque no tenga
necesidad, fomenta en tu hijo que se
esfuerce, que aprenda alcanzar objetivos, para que hagas de él, hombre
trabajador y buen proveedor.
4) Honra a los antecesores…
“Honra
a tu padre y a tu madre, para que disfrutes de una larga vida en la tierra que
te da el Señor tu Dios” Éxodo 20:12
Enséñale a mostrar
respeto, admiración y estima a los antecesores, empezando por ti, su madre,
quien le dio la vida; tú eres la primer mujer que él aprenderá a tratar con
amor, atención y admiración, si lo hace, le facilitarás que lo haga con su
futura esposa.
También debe mostrar
respeto a su padre, abuelos, bisabuelos, porque de ahí viene y merecen ser
honrados.
Por último, oro para
que Dios te dé la sabiduría en la crianza de tu hijo, que contribuyas con esta
sociedad que está necesitada de hombres de bien, buenos líderes, padres, esposos
conforme al corazón de Dios.
Fuente: Norma Peraza
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