Para tratar con ellos, debes ser efectivo y
proactivo
Sería maravilloso si el éxito profesional de un
empleado se basara sólo en la capacidad para hacer su trabajo. Esta afirmación
está muy lejos de la realidad, opina Kevin Daum en
un artículo publicado en el portal online de Inc.
ya que influyen las relaciones laborales. En ellas, los jefes son una especie
aparte. Es por esto que los 10 consejos expuestos a continuación pueden servir
de gran ayuda para hacer que el trabajo de todos sea más productivo.
1. Se
proactivo y verbalízalo: No esperes
que el jefe te dé instrucciones. Coge
las riendas y pregunta todo lo que necesites para poder desarrollar tus
funciones. Eso sí, asegúrate de una manera u otra que haya un filtro para que
el jefe no entre en pánico.
2. Haz
lo que dijiste que harías: No prometas
lo que no podrás cumplir. Si tienes problemas para obtener los resultados que
prometiste, el jefe estará inclusive más encima de ti. Debes ser capaz de manejar las expectativas y discutir cuánto hay
de razonable en los objetivos marcados.
- Sé transparente: Si algo va mal, no esperes al último minuto para contarlo. Di la
verdad sin excusas ni florituras, y pide tus sinceras disculpas si es
necesario.
- Entiende qué dice: Si no eres capaz de saber qué quiere decir exactamente tu jefe,
tendrás diariamente que lidiar una batalla inútil. Para remediarlo algunas
compañías utilizan tests de
personalidad, aunque puede ser suficiente con compartir mutuamente el
mismo sentido del trabajo.
- Conócete a ti mismo: Si no tienes un profundo conocimiento de tus puntos fuertes y
debilidad, tu trabajo estará a merced de cómo te perciban los demás. El
remedio es el mismo que en el caso anterior: si no quieres realizar ningún
test, sé capaz de decir en voz alta aquello que a veces das por sentado.
- Anticípate y prepara de más las reuniones: Cualquier jefe se frustra cuando nadie se ha preparado una reunión.
Si conoces los temas a discutir, haz los deberes previamente. Piensa en
qué espera de ti el jefe y organiza la información para exponerla
claramente.
- Proporciona soluciones en vez de quejas: Muchas personas miran al jefe cuando hay que solucionar algún
problema y piensan que es él el que tiene que tomar las decisiones
difíciles. Cada problema que se presenta debe ser un reto para ti en el
que mostrar tu talento y creatividad.
- Respalda tus propuestas con datos: Cuando propongas cualquier acción, debes argumentarla. Con una
historia interesante, no conseguirás llamar la atención de tu jefe. Para
hacer que tu jefe te escuche, prepara un buen informe.
- Contribuye a la buena imagen del jefe: Incluso los jefes tienen superiores que les examinan con
regularidad. Si tu jefe te ve como un aliado en el que apoyarse para
conseguir los objetivos, es más probable que recibas el mismo trato por su
parte.
- Aporta buen humor a la oficina: Todos queremos trabajar en un buen ambiente, porque no sólo importa
el trabajo realizado sino con quién se hace. Ser amable y cooperativo con
el resto se da por sentado, así que tener a mano algunas bromas no está de
más.
Fuente Kevin Daum
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