jueves, 24 de diciembre de 2015

¿Por qué quieres ser una víctima?


Llegué tarde porque llovía”, “he suspendido porque me tienen manía”, “es amigo del jefe y por eso le han ascendido”, “me han despedido por la crisis”, “solo si tienes contactos te colocas”, “con más de 40 años no te emplean en ninguna empresa”, “no me explicaron bien el contrato por eso lo firmé”, “Como no pude ir por la gripe, no contaron conmigo”,...
¿te suena familiar alguna de estas frases?

Estas son algunas de las explicaciones que se dan las víctimas. Son los demás o las circunstancias los culpables de lo que les pasa y también ambos son los responsables de sus emociones. En definitiva, ellos no pueden actuar para cambiar y mejorar su situación porque lo que les sucede depende de factores ajenos a ellos, y por tanto se declaran inocentes, quedando exentos de cualquier responsabilidad.

Pues bien, a corto plazo culpar a los demás o a nuestro entorno de lo que nos sucede y por tanto ponerlo fuera de nuestro control, puede tener algún efecto positivo como quitarnos ansiedad y aliviar el dolor, pero cuidado, el victimismo puede crear adicción y en el medio plazo renunciar a la posibilidad de cambiar las cosas es recorrer el camino hacia la infelicidad, al aislamiento, falta de credibilidad, resentimiento, es cerrar las puertas a una vida mejor, a llevar tus propias riendas, perder el poder de decidir sobre ti mismo y tu capacidad de acción y por tanto anular cualquier posibilidad de solución. 

Además, si esto no te parece suficiente, te lleva a no aprender, sobre todo aprender de tus errores, que son los que más nos enseñan, y no ver nuevas posibilidades, en definitiva, bloquea el camino del crecimiento y desarrollo personal además de profesional.

Cuando los Coaches encontramos detrás de nuestro coachee a una víctima, le hacemos tomar conciencia de las causas que han generado que él se considere una víctima y que se sienta incapaz de afrontar un problema, solo cuando es capaz de mirar como otro observador su situación, cuando se da cuenta de que él es el responsable de lo que sucedió, no las circunstancias ni los demás, cuando es capaz de encontrar y entender otros puntos de vista, se produce su transformación personal y es capaz de buscar soluciones y actuar y de esa forma cambiar su realidad.

Si te has identificado con este articulo y mantienes una actitud de víctima, cuida tu lenguaje, deja de justificarte y quejarte, no te des explicaciones que te impidan actuar y mírate como si no fueses tú, sino como si fueses otro, asume tu responsabilidad, aunque no la tengas toda, comprobarás que algo tendrás tu que ver. Y recuerda, si no formas parte del problema no formas parte de la solución.

Fuente Victoria Gimeno, executive coach y directora de

Relaciones Institucionales, IE University.

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