Llegué tarde porque llovía”, “he suspendido porque
me tienen manía”, “es amigo del jefe y por eso le han ascendido”, “me han
despedido por la crisis”, “solo si tienes contactos te colocas”, “con más de 40
años no te emplean en ninguna empresa”, “no me explicaron bien el contrato por
eso lo firmé”, “Como no pude ir por la gripe, no contaron conmigo”,...
¿te suena familiar alguna
de estas frases?
Estas son algunas de las explicaciones que se dan
las víctimas. Son los demás o las circunstancias los culpables de lo que les
pasa y también ambos son los responsables de sus emociones. En definitiva, ellos
no pueden actuar para cambiar y mejorar su situación porque lo que les sucede
depende de factores ajenos a ellos, y por tanto se declaran inocentes,
quedando exentos de cualquier responsabilidad.
Pues bien, a corto plazo culpar a los demás o a
nuestro entorno de lo que nos sucede y por tanto ponerlo fuera de nuestro
control, puede tener algún efecto positivo como quitarnos ansiedad y aliviar el
dolor, pero cuidado, el victimismo puede crear adicción y en el medio plazo
renunciar a la posibilidad de cambiar las cosas es recorrer el camino hacia la
infelicidad, al aislamiento, falta de credibilidad, resentimiento,
es cerrar las puertas a una vida mejor, a llevar tus propias riendas, perder el
poder de decidir sobre ti mismo y tu capacidad de acción y por tanto anular
cualquier posibilidad de solución.
Además, si esto no te parece suficiente, te lleva a
no aprender, sobre todo aprender de tus errores, que son los que más nos
enseñan, y no ver nuevas posibilidades, en definitiva, bloquea el camino del crecimiento
y desarrollo personal además de profesional.
Cuando los Coaches encontramos detrás de nuestro
coachee a una víctima, le hacemos tomar conciencia de las causas que han
generado que él se considere una víctima y que se sienta incapaz de afrontar un
problema, solo cuando es capaz de mirar como otro observador su situación,
cuando se da cuenta de que él es el responsable de lo que sucedió, no las
circunstancias ni los demás, cuando es capaz de encontrar y entender otros
puntos de vista, se produce su transformación personal y es capaz de buscar
soluciones y actuar y de esa forma cambiar su realidad.
Si te has identificado con este articulo y
mantienes una actitud de víctima, cuida tu lenguaje, deja de justificarte y
quejarte, no te des explicaciones que te impidan actuar y mírate como si no
fueses tú, sino como si fueses otro, asume tu responsabilidad, aunque no la
tengas toda, comprobarás que algo tendrás tu que ver. Y recuerda, si no
formas parte del problema no formas parte de la solución.
Fuente Victoria Gimeno, executive coach y directora de
Relaciones Institucionales, IE University.
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