El COWORKING es una práctica que se extendió muy deprisa entre los freelance de EE UU y que desde hace unos años comenzó a expandirse en España y en Europa.
La mejor definición de un Coworking:
“es un espacio de trabajo compartido e inspirador, que impulsa y fomenta la co-creación, y donde siempre hay alguien preocupado en crear Comunidad y Valor añadido. Coworking es la práctica por la cual profesionales que no comparten ni empresa, ni sector de actividad, se unen para trabajar juntos en un mismo espacio, pero aportándose valor mutuamente a través de las conexiones generadas”.
Si buscamos un espacio de COWORKING, los objetivos principales son
combatir la soledad laboral, y cómo no, rebajar nuestras facturas de gastos.
Pero eso sólo es el principio.
En un espacio de
COWORKING encontramos una infraestructura mucho más competitiva que la que
tenemos trabajando en nuestra casa. Podemos disponer de sala de juntas y de
reunión donde recibir a nuestros clientes, un lugar donde separar vida laboral
y personal. Nos podemos relacionar con otros profesionales y compartir un café
o algún proyecto.
Además, en un
centro de coworking se busca que el espacio y la
decoración sea un tanto «singular», saliendo del típico mobiliario de oficinas,
y que sea un lugar multifuncional donde desarrollar otro tipo de actividades
culturales.
La evolución del
coworking
durante los últimos años ha provocado que surjan muchos espacios que
básicamente cubren las necesidades de tener una oficina a bajo coste, pero hay algunos
espacios que destacan por su implicación a nivel social,
generando impactos beneficiosos para su localidad y para los coworkers que
aportan valor, por lo que dichos espacios se convierten en un foco de
negocio, innovación y provocan movimiento social en sus áreas de influencia.
El cotrabajo/coworking permite compartir oficina y equipamientos, y
constituye una propuesta más elaborada que por ejemplo los cibercafés, entornos en los que también se
cuenta con conexión a internet.
El trabajo
cooperativo o coworking
fomenta las relaciones estables entre profesionales de diferentes sectores que
pueden desembocar en nuevas relaciones cliente-proveedor, así como en
intercambios y colaboración de tipo horizontal entre los propios
cotrabajadores.
En todo caso es
frecuente que se genere un sentimiento de pertenencia a una comunidad, más allá
de las vinculaciones efectivas que se establezcan entre los trabajadores que
frecuentan los espacios de cotrabajo.
Los centros de
trabajo cooperativo destinados principalmente a profesionales de Internet,
diseñadores, programadores, arquitectos, fotógrafos, escritores, periodistas, y
profesionales de otras disciplinas, proporcionan generalmente un escritorio
individual o a veces incluso una oficina de uso exclusivo o compartido, así
como acceso a Internet, y otros variados servicios.
Ligado a este
concepto de permanencia dentro de un espacio de cotrabajo, el factor geográfico
tiene un papel importante, aunque no definitivo para la elección del espacio
más apropiado.
El ahorro de
tiempo en transporte y su coste asociado, son beneficios que el cotrabajo/coworking acerca a los usuarios de la zona en la que se
encuentra localizado su domicilio.
Las incubadoras de
empresas y los centros de negocios no parecen encajar demasiado en
el modelo de trabajo cooperativo, ya que a menudo no fomentan la vida
social-laboral en colaboración, ni las prácticas de gestión cercanas a las de
una cooperativa, incluida una atención especial a la comunidad.