¿Te ha pasado
alguna vez que has rechazado una conversación con alguien porque vestía de
manera extravagante o desaliñada?
Los humanos somos seres visuales por naturaleza y estamos
hechos para confiar en nuestra vista y la información que ésta nos proporciona.
Por eso nos gustan ciertas cosas por su apariencia y descartamos otras por la
misma razón.
Por lo tanto, es de lógica que nuestra imagen influya en
nuestras relaciones sociales y profesionales. Solo tenemos una oportunidad para
causar una buena impresión profesional de modo que: ¿cómo puedes mejorar la imagen personal para triunfar en
los negocios?
Cuando emprendes tiendes a identificarte con tu empresa y
estás tan pendiente de la imagen de tu marca que olvidas por un momento tu imagen personal.
La empresa se personifica en el emprendedor y, en este
sentido, tanto clientes, como inversores y competidores al verte, estarán
viendo tu negocio.
Al trabajar tu marca personal no debes pasar por alto tu imagen puesto que tus actuaciones
afectan directamente a la credibilidad, reputación e influencia de tu empresa.
Por eso, debes cuidarla con el mismo empeño que le
dedicas a la imagen de tu empresa, puesto que una mala imagen del emprendedor
podría poner fin a todo su proyecto.
Consejos previos para mejorar la imagen personal
Confía en ti: la falta de
confianza en uno mismo se transmite de forma clara en la manera con la que
actuamos. Dejamos ver nuestros sentimientos e inseguridades mucho más de lo que
te podrías llegar a imaginar y, por mucho que cuides tu imagen personal, una autoestima
baja podría causar una mala impresión ante los que te rodean. De
modo que ¡quiérete! Acéptate cómo eres y confía en ti, ese es el primer paso.
Sé fiel a ti mismo: tu indumentaria
debe expresar tu personalidad y los valores de tu empresa. No intentes ser otra
persona, del mismo modo que tu empresa no ha sido la copia de la idea de otra
persona. Tratar de imitar a alguien puede ser muy negativo para tu imagen. ¡Sé
tú mismo!
Adáptate: ten en cuenta que cada cultura tiene
simbologías y costumbres distintas. Conviene que te informes de estos conceptos
allá donde vayas para que tu imagen se adapte a
ellos sin cambiar tu mensaje.
Los detalles marcan la diferencia: cuida siempre los detalles, la imagen personal es algo
más que tu vestimenta o tu maquillaje. Son los detalles los que generan esa sensación de
confianza, seriedad y profesionalidad ante los que te rodean.
Tu
mirada a los interlocutores, tu lenguaje no verbal… e incluso una mancha en tu camisa pueden hacer que pierdas la atención de
tu audiencia.
4 Pasos para mejorar la imagen personal
1. Reflexión
Para gestionar de forma eficiente tu imagen personal
debes pasar por una primera fase en la que lleves a cabo un proceso de reflexión a través del cual pretendes descubrir quién eres,
qué quieres y quién puede ayudarte a conseguirlo.
En un primer momento debes saber en qué punto del camino
te encuentras en este preciso momento, cuál es tu imagen actual y
continuar definiendo qué te diferencia (esta puede ser la parte más difícil del proceso) descubre dónde
aportas valor.
Seguidamente, deberás fijar tus metas, saber a dónde
quieres ir te ayudará a definir el camino a seguir adecuado para lograrlo.
También deberás establecer esos grupos que, de forma
directa o indirecta, pueden ayudarte a conseguir tus objetivos. Segmenta tu mercado y enfoca tu comunicación a
ellos. Hecha esta reflexión previa, ¡toca pasar a la acción!
2.
Presencia
y aspecto físico
Lejos de tratarse de algo superficial, el físico es un concepto clave para el mejorar la imagen
personal puesto que consiste en la representación mental de ti mismo.
En este apartado hasta el pequeño detalle resulta crucial
(como hemos dicho anteriormente, los
detalles marcan la diferencia).
En este apartado, deberás sacarle partido a tus virtudes,
a pesar de que no todos hemos sido igualmente privilegiados por la naturaleza,
todos podemos potenciar nuestros puntos fuertes.
Si necesitas ayuda para sacarte partido puedes recurrir a
un profesional. Cada vez hay más personas dedicadas a cuidar tu imagen que
ofrecen una gran eficacia.
Otro aspecto clave de tu presencia profesional es tu indumentaria.
Debes tener en cuenta que los códigos de vestimenta no son universales y varían
según la localización geográfica. Debes saber vestir adecuadamente para cada
ocasión. Ah! Y evita los conocidos como “enemigos de la imagen”: tallas
inadecuadas, accesorios deteriorados o pasados de moda,
etc.
Las “herramientas” que utilizas como profesional (coche,
bolígrafo, bloc de notas, etc.) también hablan mucho de ti y debes
asegurarte que comunican el mensaje deseado puesto que muestran tu competencia
profesional.
3. Comportamiento y comunicación no verbal
Alcanzar las metas propuestas no solo depende de tus
conocimientos, sino también de tus capacidades sociales.
Si este apartado no es tu fuerte, tengo una buena noticia
para ti ¡el
carisma se puede aprender!
Existen ciertas reglas de oro en el éxito social como por
ejemplo, la importancia de una sonrisa,
una mentalidad positiva te abrirá muchas puertas, o la puntualidad, puesto que llegar tarde
es una falta
de respeto para la persona que espera, hace suponer que tu tiempo es
más importante que el suyo.
Es importante para mejorar la imagen personal que cumplas tus compromisos y promesas. Si no
tienes intención de hacerlo, simplemente no te comprometas, ya que ser fiel a tu
palabra es la máxima expresión de
tu credibilidad.
En cuanto a tu comunicación no verbal, debes cuidar tus
gestos.
En este sentido, intenta no tensar los rasgos de la cara
(mandíbula rígida o labios tensos)
puesto que producen
rechazo.
Las posturas corporales que adoptes deben
ser abiertas (abrir el pecho,
mostrar las palmas de las manos evitando los brazos o piernas cruzadas o la
mirada perdida).
Mira
siempre a los ojos de la persona con la que hablas. No olvides mostrar siempre un trato amable, cortés y tolerante, siempre
haciendo gala de tu simpatía y buen humor.
4.
Tu
mensaje
Las palabras no se las lleva el viento (sobre todo si lo has escrito en Internet),
por eso debes tener especial cuidado con lo
que dices y escribes para que
no se vuelva en tu contra en un futuro.
¡Piensa antes de hablar! Es crucial que el receptor de tu
mensaje entienda lo que quieres transmitir, de modo que debes adaptar tu
mensaje a la audiencia, tanto al público como al canal.
¿Sabías que todos los mensajes pueden
enfocarse desde un punto de vista positivo? A las personas siempre les resulta más agradable lo positivo que lo negativo y, para que tus mensajes sean mejor aceptados, te
recomendamos que
los enfoques desde una perspectiva más positiva.
Recuerda que tu marca eres tú, y, en el mercado tan
competitivo en el que nos encontramos, no nos queda más remedio que potenciar
nuestra imagen personal para
triunfar en el mundo de los negocios.
Aporte Claudia Roca