Vivimos muy aferrados al corto plazo, y al éxito
rápido y fácil y así es complicado consolidar algo grande. Las cosas necesitan
su proceso de despegue, maduración y consolidación.
Tus ganas de aprender determinarán tu futuro. Tenemos a nuestra
disposición la herramienta más poderosa para llegar donde queremos llegar: nuestra capacidad de aprender.
En esta vida todo se decide y todo se
aprende. Primero decides lo que quieres, y luego aprendes todo lo que sea
necesario para llegar donde quieras llegar. Pero, ¿por qué mucha gente no
consigue lo que quiere?...Simplemente, porque el principal pecado que se comete
en los procesos de cambio y transformación personal, es la: IM-PA-CI-EN-CIA
En esta vida
nadie fracasa, sólo hay gente que abandona en algún momento del camino. La gente se fija metas,
se pone en marcha y al no ver resultados, desiste. Si continuase lo
conseguiría, pero decide abandonar en algún tramo del trayecto.
Cuando mejoras un poco cada día, al final
ocurren grandes cosas. Cuando mejoras tu forma física un poco cada día, al
final se produce una gran mejora en tu forma física. No mañana, ni al día
siguiente, pero al cabo del tiempo has hecho un notable progreso.
No hay que buscar mejoras rápidas y
espectaculares, sino mejoras pequeñas, día a día. Ésa es la única forma en que
ocurren, y cuando lo hacen, permanecen...Es un consejo sencillo, pero que poca
gente pone en práctica. Además, los pequeños pasos desactivan los miedos que producen los grandes
desafíos y permiten ganar seguridad en cada paso que damos para seguir dando
otros más.
El éxito alimenta la autoestima, y un pequeño éxito te
lleva a abordar retos más grandes. Si nunca has hablado en público y te
ofrecen dar una charla en un estadio y aceptas, probablemente seas víctima de
la ansiedad, que aquello salga mal y no quieras volver a saber nada más de
estar delante de una audiencia. Por el contrario, si aceptas dar un pequeño
discurso en un cumpleaños, colegio de tu hijo u otro evento, y lo preparas a
conciencia, (El
éxito ama la preparación), aquello saldrá bien,
ganarás confianza y te atreverás poco a poco a cuotas más ambiciosas. Nunca
olvides que: La confianza es el alimento del
talento, y la confianza se gana con entrenamiento.
Haz un poco cada día. Si quieres escribir un
libro, no te obsesiones con su entrega. Escribe una página cada día y haz esa
página de manera excelente. Al final de la semana tendrás siete páginas, y al
cabo de un mes treinta. Continúa con esa marcha y tendrás el libro acabado.
Crear algo único, hermoso y valioso es muy difícil. Es
muy especial hacerlo. No sucede rápido. No busques dar el pelotazo rápido.
Pocos lo consiguen. El éxito es algo de largo plazo, aunque en el camino, encontrarás muchos
pequeños éxitos que celebrar.
La mejor manera de comerse un elefante, se
ha dicho una y mil veces, es bocado a bocado. El problema, como siempre, es que
queremos llegar demasiado rápido a destino, nos queremos comer el elefante de
golpe, nos indigestamos y abandonamos. Sé tan paciente como ambicioso
La PACIENCIA es tan importante para
alcanzar grandes logros en los procesos de desarrollo personal. No se siembra
hoy y se recoge mañana. Cierto día uno decide ponerse en marcha para cumplir su
sueño, entonces trabaja sin descanso, pero no ve resultados. Así una semana
tras otra, un mes tras otro, pero nada ocurre y las cosas parecen como al
principio. Entonces, aparecen las dudas y los momentos de
debilidad emocional, en los que uno empieza a cuestionarse cosas.
Algunos, ante la incertidumbre del futuro,
desisten y prefieren volver al refugio. Otros continúan, pero poco tiempo
después también abandonan. En definitiva, la mayoría desiste y sólo un puñado
muy reducido insiste: son los que terminan por ver realizados sus sueños.
Hace algún tiempo acuñé una fórmula que
creo que resulta visualmente muy útil y que no deberíamos perder nunca de
vista: Poco + Poco = Mucho. Un poco sin
importancia, más otro poco sin importancia, más otro poco sin importancia, acaba
haciendo una gran diferencia con el paso del tiempo.
No es complicado de entender, pero vivimos
muy aferrados al corto plazo, y al éxito rápido y fácil y así es complicado
consolidar algo grande. Las cosas necesitan su proceso de despegue, maduración y consolidación. Ninguna marca se
construye de un día para otro
No es la
velocidad sino la constancia la que te hará llegar lejos. En la fábula, la
tortuga gana a la liebre, a pesar de que esta última era más rápida. Si tienes
un sentido claro de dirección (sabes lo que quieres), trabajas todos los
días en esa dirección (constancia) y no renuncias a ello
(paciencia), las cosas tienen que
acabar funcionando. No te
desanimes, a menudo es la última llave del llavero la que abre la puerta.
Fuente: F. Alcaide