Hay muchas maneras de competir. Los precios de los productos son apenas una de las tantas estrategias
vigentes; también podemos hablar de costes de producción, del nivel de formación de los trabajadores, de la actualización de
los sistemas informáticos, de la tecnología, de la
infraestructura, entre otros factores.
Lo que no tiene duda es que cualquier estrategia de competitividad
empresarial pasa por mejorar el control de las
operaciones diarias en una compañía, así como la gestión de los elementos
externos que forman parte del contexto.
Estrategias para aumentar la Competitividad Empresarial
El objetivo que persigue cualquier compañía en el momento
de impulsar una estrategia de competitividad
empresarial es estar mejor preparada
para los retos del mercado en el que se desempeña y ascender posiciones en él.
Competitividad significa fortaleza, viabilidad de
los proyectos, financiación
adecuada, estabilidad, buen clima laboral, innovación, valor agregado en la oferta, proyección, actualización de
objetivos y, claro, productos y
servicios más eficaces.
Recientemente, la firma KPMG realizó una encuesta entre
directivos de altas empresas en diferentes sectores a nivel internacional y
logró identificar cuáles son las estrategias de competitividad
empresarial que más se implementan en
los negocios.
Veamos las cuatro que encabezan la lista de
opciones:
1.
Incrementar la
satisfacción de los clientes:
Casi un 80% de las empresas competitividad han optado y
siguen optando por una estrategia centrada en quienes compran sus productos.
Pero ojo, no sólo se trata de aumentar el número de consumidores; de lo que se
trata es de mejorar la calidad de lo que compran, que es lo que influye en su
nivel de satisfacción. Los clientes más satisfechos le darán un voto de
confianza a las marcas y, por ello, éstas serán más competitivas en el mercado.
2.
Reducir los costes
de operación:
En las temporadas de crisis es cuando más se presentan
este tipo de estrategias de competitividad empresarial. Los costes se pueden
reducir de muchas formas, pero siempre sin que esto suponga una disminución de
la calidad de servicios, productos o artículos. Claro, en este caso la
principal arma frente a las marcas de la competencia es el precio, que se
reduce notablemente ante la reducción de materias primas, procesos, etc.
3.
Desarrollar nuevos
productos y servicios:
Otra forma, aunque sin duda requiere una inversión
importante, es apostar por el desarrollo de nuevos productos o servicios (Innovación). Esto se puede llevar a cabo de dos formas:
perfeccionando o mejorando un producto que ya circula en el mercado o diseñando
uno completamente nuevo que sea capaz, por ello, de generar una innovación
disruptiva y posicione a la marca.
4.
Mejorar los
procesos y el desempeño:
Formación del personal, Actualización de Sistemas y Tecnología, Adecuación de Infraestructuras, entre otros, se incluyen en esta estrategia
de competitividad empresarial centrada en los procesos.
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