martes, 29 de diciembre de 2015

Cómo Rescatar un Negocio Que Va Mal


Si estás preocupado porque tu negocio no marcha bien, tus ganancias han bajado, el dinero apenas te alcanza para cubrir los gastos mínimos, comienzas a endeudarte y sientes que necesitas rescatar tu negocio. Esta entrada es para ti y son buenas noticias.

7 consejos de cómo rescatar un negocio que va mal

En primera, las principales razones por las que un negocio puede tender al fracaso son variadas:
·         La aguda crisis internacional
·         Gastos desmedidos y sin control
·         Altos costos de operación (local, servicios, infraestructura, etc.)
·         Robos dentro de la empresa por parte de empleados
·         Alguna contingencia que afecte severamente el presupuesto
·         Una mala proyección de negocios
·         Vendedores flojos y falta de estrategias de mercadeo
·         No tener metas a mediano y largo plazo
·         Una planilla demasiado costosa

No detectar los indicadores de riesgo puede llevar sin remedio tu negocio a la quiebra. Sin embargo, en la mayoría de casos cuando los directores de una empresa logran visualizar el peligro y aplicar a tiempo acciones correctivas, los negocios pueden salvarse.

Si percibes cualquiera de los síntomas mencionados, estos son los consejos a seguir:

  1. Haz un análisis a conciencia de la situación del negocio. Intenta determinar lo más honestamente posible las 2 principales causas de que el negocio vaya mal. Es como ir al médico. Para tener un tratamiento efectivo, se deben determinar claramente los principales síntomas de la enfermedad. Se honesto contigo mismo y una vez que identifiques los indicadores de riesgo, entonces disponte a tomar medidas correctivas inmediatas, cualesquiera que estas sean. Si es necesario auxíliate con algún profesional de negocios que te ayude a visualizar con mayor claridad los posibles puntos ciegos.
  2. Recorta inmediatamente los gastos excesivos e innecesarios. Uno de los principales síntomas de que algo no marcha bien es que el dinero no alcanza. De allí que es imprescindible reducir con carácter de urgente cualquier gasto que no contribuya a la operación del negocio y genere utilidades: Demasiada publicidad, compra de artículos innecesarios, racionamiento de combustibles, frecuencia de los mantenimientos, rentas o alquileres de oficinas, consumo en líneas telefónicas, comidas o viajes, etc.
  3. Evalúa recortar tu planilla de personal y la redistribución del trabajo. Aunque suene duro mencionarlo, en tiempos de crisis las medidas deben ser extremas. Es tiempo de reducir personal y redistribuir las labores. Recuerda que hablamos de rescatar tu empresa así que si no se hace esto, de todos modos tu gente perdería su empleo. Esto te ayudará a reducir tu pasivo laboral y descongestionar los costos por planilla que suelen ser bastante altos. Para hacer esto inteligentemente se debe hacer un estudio con tus colaboradores de mayor confianza para tomar las decisiones correctas.
  4. Analiza y detecta posibles fugas de dinero. Ya sea por robo directo o indirecto, desvío de fondos, alteración de precios o cualquier otro método de fuga de dinero debes detectarlo y cortarlo sin vacilar. Dedica tiempo a analizar los procesos dentro de tu organización y determinar las debilidades en el sistema que permitan a los empleados "aprovechados" sacar partido de lo que no deberían. Importante, no restes importancia las fugas "hormiga" que suelen ser poco visibles pero representan enormes pérdidas a largo plazo.
  5. Pon un "hasta aquí" a los gastos personales indiscriminados. Un mal hábito que puede hacer fracasar un negocio sin piedad es el uso desordenado del dinero por parte de sus propietarios o directores. Esto muchas veces ocurre sin que se percaten de ello por no tener informes claros que lo reflejen. Así que si realmente deseas salir a flote y respirar, es importante que comiences por ser tú mismo el ejemplo. Recorta todo gasto personal innecesario y asígnate un salario realista y acorde a la situación de tu negocio. Si tienes una tarjeta de crédito corporativa solicita límites más bajos y restringe su uso en todo lo posible.
  6. Elabora una estrategia de ventas de emergencia. Ya sea por la crisis o por cualquier otro motivo, finalmente la única manera de que un negocio crezca es vendiendo. Sino vendes no hay dinero. Evalúa tu estrategia de mercadeo y ventas. Evalúa a tus vendedores. Establece metas y desarrolla un plan de emergencia que represente un incremento en los resultados. Elimina todo personal ocioso, cómodo o que por antigüedad tenga que permanecer sin aportar resultados. En tiempos de crisis debes vender, vender y vender, en tiempo de crisis debes dejar tu trabajo de escritorio salir a la calle y ser tú mismo el mejor vendedor de tu organización. Esto creará una sinergia tremenda!
  7. Evalúa tus precios. Las acciones de rescate de tu negocio tienen que ser una combinación de: más ventas y menos costos. Y para que haya más ventas es importante evaluar los precios de tus productos y servicios. En tiempos de crisis un ajuste moderado puede significar mantener a esos clientes fieles e incluso captar algún mercado potencial de gente que ahora más que nunca está buscando opciones de precios más favorables.

Como puedes ver, lo más importante en todo esto es actuar pronto y evitar endeudarse a ciegas. Prestar dinero, utilizar tarjetas de crédito para pagar servicios o compromisos con proveedores puede ser como el "tiro de gracia" para un negocio débil y moribundo.

Y para finalizar, me encantar recordar la historia de Donald Trump que en los años 80 cayó en quiebra y llego a tener una deuda por US 900 millones de dólares ¿Puedes imaginarlo?

Muchos lo daban por irremediablemente quebrado, sin embargo se levantó y hoy por hoy es uno de los magnates inmobiliarios más importantes del mundo.


Levantarse se puede, rescatar un negocio que va mal, se puede. Pero requiere mucha voluntad e inteligencia.

jueves, 24 de diciembre de 2015

¿Por qué quieres ser una víctima?


Llegué tarde porque llovía”, “he suspendido porque me tienen manía”, “es amigo del jefe y por eso le han ascendido”, “me han despedido por la crisis”, “solo si tienes contactos te colocas”, “con más de 40 años no te emplean en ninguna empresa”, “no me explicaron bien el contrato por eso lo firmé”, “Como no pude ir por la gripe, no contaron conmigo”,...
¿te suena familiar alguna de estas frases?

Estas son algunas de las explicaciones que se dan las víctimas. Son los demás o las circunstancias los culpables de lo que les pasa y también ambos son los responsables de sus emociones. En definitiva, ellos no pueden actuar para cambiar y mejorar su situación porque lo que les sucede depende de factores ajenos a ellos, y por tanto se declaran inocentes, quedando exentos de cualquier responsabilidad.

Pues bien, a corto plazo culpar a los demás o a nuestro entorno de lo que nos sucede y por tanto ponerlo fuera de nuestro control, puede tener algún efecto positivo como quitarnos ansiedad y aliviar el dolor, pero cuidado, el victimismo puede crear adicción y en el medio plazo renunciar a la posibilidad de cambiar las cosas es recorrer el camino hacia la infelicidad, al aislamiento, falta de credibilidad, resentimiento, es cerrar las puertas a una vida mejor, a llevar tus propias riendas, perder el poder de decidir sobre ti mismo y tu capacidad de acción y por tanto anular cualquier posibilidad de solución. 

Además, si esto no te parece suficiente, te lleva a no aprender, sobre todo aprender de tus errores, que son los que más nos enseñan, y no ver nuevas posibilidades, en definitiva, bloquea el camino del crecimiento y desarrollo personal además de profesional.

Cuando los Coaches encontramos detrás de nuestro coachee a una víctima, le hacemos tomar conciencia de las causas que han generado que él se considere una víctima y que se sienta incapaz de afrontar un problema, solo cuando es capaz de mirar como otro observador su situación, cuando se da cuenta de que él es el responsable de lo que sucedió, no las circunstancias ni los demás, cuando es capaz de encontrar y entender otros puntos de vista, se produce su transformación personal y es capaz de buscar soluciones y actuar y de esa forma cambiar su realidad.

Si te has identificado con este articulo y mantienes una actitud de víctima, cuida tu lenguaje, deja de justificarte y quejarte, no te des explicaciones que te impidan actuar y mírate como si no fueses tú, sino como si fueses otro, asume tu responsabilidad, aunque no la tengas toda, comprobarás que algo tendrás tu que ver. Y recuerda, si no formas parte del problema no formas parte de la solución.

Fuente Victoria Gimeno, executive coach y directora de

Relaciones Institucionales, IE University.

martes, 24 de noviembre de 2015

20 consejos de ventas para aplastar a tu competencia


Una empresa debe prestar mucha atención sobre qué tipo de estrategias utiliza para incrementar sus ventas. Aquí hay 20 de ellas
Las ventas son parte medular en la vida de una empresa. Representan sus ingresos y su permanencia en el mercado.
Los expertos mencionan que es uno de los aspectos que una compañía debe prestar atención y estar en constante proceso de mejoramiento.
La empresa consultora Crece Negocios revela 20 consejos de ventas para ayudar a los negocios y sus representantes comerciales a aumentar estos ingresos y tener mayores posibilidades de éxito, al momento de realizar, en este caso específico, una venta personal:
Ofrece algo diferente: con tantos productos ofertados en el mercado, si tu producto no cuenta con algo que lo diferencie o distinga de los demás productos de la competencia, difícilmente será tomando en cuenta por los consumidores.
Sal a buscar clientes: si los clientes no te buscan, sal a buscarlos (o contrata vendedores que lo hagan por ti), por ejemplo, acude donde se encuentren los potenciales clientes o envíales una carta o un email en donde les ofrezcas tus productos.
Considera la opción de vender a crédito o a consignación: en caso de que trabajes con canales indirectos, si se te hace difícil vender al contado, considera la opción de cobrar a crédito y, en último caso, dejar tus productos a consignación.
Conoce bien tu producto: antes de vender tu producto conócelo bien, de modo que puedas solventar cualquier duda por parte del cliente, pero también conoce bien los productos de la competencia, de modo que puedas compararlos con el tuyo.
Muestra orgullo por tu producto: al vender tu producto debes sentirte orgulloso de él y así contagiar tu entusiasmo al cliente, caso contrario, difícilmente convencerás al cliente de que compre tu producto, sobre todo si tienes dudas acerca de él.
Saluda con amabilidad al cliente: ya sea que el cliente haya acudido a tu negocio o lo hayas contactado personalmente, salúdalo siempre con amabilidad y, de ser el caso, preséntate con educación y explícale el motivo de tu visita.
Resalta las principales características de tu producto: ya sea en tu mensaje publicitario o al momento de presentar tu producto, resalta siempre sus principales características, beneficios o atributos, yendo de lo general a lo particular.
Usa testimonios de clientes satisfechos: ya sea en tu mensaje publicitario o al momento de presentar tu producto, menciona testimonios de clientes satisfechos que hayan usado tu producto, especialmente si se trata de clientes conocidos.
Evita las presentaciones enlatadas: al presentar tu producto, evita las presentaciones “enlatadas” (presentaciones memorizadas que se repiten a todos por igual), procura siempre variar tu presentación y mostrarte lo más natural posible.
Adecua tu presentación a cada cliente: de ser posible, adecua la presentación de tu producto a las necesidades o intereses particulares del cliente, por ejemplo, resalta las características del producto que podrían ser de su interés particular.
Promueve la participación del cliente: la presentación de tu producto no debe ser un monólogo, sino que debes promover la participación del cliente, lo cual te permitirá captar su interés, además de conocer mejor sus necesidades e intereses, y así poder adaptar tu presentación a éstas.
Muestra interés por lo que dice el cliente: muestra interés cuando el cliente te hable, por ejemplo, asiente lo que te dice, no hables con otros clientes o trabajadores, y evita interrupciones tales como el uso del teléfono móvil.
Sé asesor antes que vendedor: asesora al cliente en su compra y recomiéndale los productos que realmente necesita o está buscando, por ejemplo, no le recomiendes una prenda de vestir que en realidad no le queda bien.
Sé sincero con el cliente: nunca menciones características, beneficios o atributos que tu producto no posee, ni prometas algo que sabes que no podrás cumplir o no estás seguro de poder hacerlo, pues los clientes siempre recuerdan las promesas, sobre todo las que no se cumplen.
Nunca polemices o discutas con el cliente: Mantén siempre la calma y toma sus objeciones como indicios de que tiene interés por tu producto, pero que antes de comprarlo quiere que le aclares algunas dudas.
Nunca presiones al cliente: nunca presiones para que compre tu producto, mantén siempre la calma y ten en cuenta que si finalmente no te compra, es probable que luego te llame o regrese si tu presentación ha sido buena.
Sugiere productos complementarios: luego de que el cliente haya decidido comprar tu producto, sugiérele productos complementarios al que te acaba de pedir, pero hazlo con mucho tacto y sin mostrar ningún atisbo de presión.
Despídete amablemente del cliente: el momento de despedida es tan importante como el de bienvenida, despídete siempre con amabilidad del cliente, deséale que vuelva pronto, y no olvides entregarle tu tarjeta de presentación.
Haz seguimiento a la venta: una vez realizada la venta, haz seguimiento de ésta con el fin de asegurar la satisfacción del cliente, por ejemplo, llámalo después de unos días para preguntarle cómo le está yendo con el uso del producto.
Ofrece servicios de post venta: tales como el servicio de mantenimiento, garantías o política de devoluciones, que te ayuden a asegurar la satisfacción del cliente y a mantener comunicación con él.

Fuente QuimiNet

“SUPERMAMÁS”: madres y emprendedoras.!


Ser madre implica multitud de responsabilidades y ser emprendedora, también.
Ser madre te convierte, desde el mismo día del parto y sin avisar, en una auténtica heroína. De repente, dormir, Ser madre es además de uno de los momentos más felices de la vida de toda mujer, un reto personal y profesional. Si además eres emprendedora o profesional independiente, te conviertes automáticamente en una Supermamá!
Ser madre te convierte, desde el mismo día del parto y sin avisar, en una auténtica heroína. De repente, dormir, comer y esas otras necesidades vitales que parecían tan básicas, pasan a ocupar un segundo plano. Descubres que nunca habías exprimido tanto 24 horas, pero pese a todo logras sobrevivir. ¿Quién te iba a decir que la baja maternal sería tan dura?
Con la llegada del bebé, el mundo laboral se paraliza. Las mujeres emprendedoras tenemos derecho, como las asalariadas, a una baja de 16 semanas retribuidas, aunque ser el alma de un negocio exige trabajo extra. Antes del parto, hay que ocuparse de dejar todo atado y bien atado: delegar en alguien de confianza o buscar a un responsable para dejarlo a cargo, informar a todos los clientes, cerrar asuntos que dependen exclusivamente de ti, etc. En este punto, es importante que conozcas bien cuáles son los derechos que te corresponden como madre emprendedora
Después del parto, la recuperación física y los cuidados del pequeño absorben la mayor parte de las horas. No obstante, el tiempo pasa rápido y antes de que quieras darte cuenta habrá llegado el momento de retomar la actividad. Para que esa vuelta se te haga menos cuesta arriba, atenta a estos consejos:
Mantén el contacto con la empresa
Intenta no despreocuparte por completo de lo que ocurre en tu negocio, aunque estés de baja. Recuerda que sigues teniendo capacidad de mando y que tu deber es controlar lo que ocurre en la empresa. Esto no significa que debas estar llamando continuamente a la oficina. Confía en la persona que dejaste a cargo, pero guíala. Pídele que te ponga en copia en los correos electrónicos, queda a tomar café y dile que te cuente todas las novedades. Si hay que tomar decisiones importantes, tú tendrás la última palabra, así que lo mejor es que estés bien informada.
Divide y vencerás
Ser madre implica multitud de responsabilidades y ser emprendedora, también. Lo importante es que seas consciente de que no todo el trabajo es cosa tuya, ni en casa ni en tu empresa. Las tareas del hogar y el cuidado del bebé deben ser una cuestión compartida con el padre. En el caso de que seas madre soltera o que necesites refuerzos extra, acude a una guardería, busca apoyo en el resto de la familia o contrata a alguien.
En el caso del negocio, si tienes empleados, reparte el trabajo. Si eres autónoma, durante este período deberás afrontar que la persona que has dejado a cargo estará a la altura. Además, puede que incluso sea un primer paso para empezar a crecer.
Haz una vuelta progresiva
Empieza poco a poco para ir adaptándote. Si has estado informada de lo que ocurría en tu ausencia, te será más sencillo recuperar el mando. Si no, comienza por ponerte al día. Hacer 12 horas del tirón no te ayudará en nada a ser más productiva.
Establece un horario de trabajo
El bebé ha cambiado tu vida más de lo que puedes imaginar. Necesitas pasar tiempo con tu hijo y, para eso, te conviene ponerte un horario y saber respetarlo. Todas hemos pasado horas en la oficina sin mirar el reloj hasta que acababa el trabajo, pero eso no es sano ni físico ni mentalmente. Cuando aprendas a compaginar tu trabajo con tu familia serás más feliz e incluso más productiva.
Ten paciencia

Al principio será complicado, pero pronto lograrás hacerte con todo. Solo es cuestión de organización y de tiempo. El estrés y los nervios son malos aliados, así que tómatelo con filosofía y la vuelta a la rutina será mucho más sencilla. Al fin y al cabo, eres una “supermamá” y eso se nota. ¡Confía en ti!
Fuente Nuria Molina

domingo, 22 de noviembre de 2015

¿Cómo se crea un ambiente altamente productivo basado en la alta confianza?


El siglo XXI está cargado de cambios. La era de la información ha generado que los seres humanos estemos transformando todas nuestras prácticas, incluso las más cotidianas. La manera como aprendemos, como trabajamos, como nos comunicamos, como nos divertimos y hasta como nos relacionamos han sido impactadas por la tecnología. Para las nuevas generaciones, el mundo sería impensable sin Internet, sin el celular y sin todas las aplicaciones tecnológicas actualmente disponibles. 
En un mundo que se mueve tan rápido, es necesario que el liderazgo se adecue a este entorno. El liderazgo ha sido un factor determinante para que las civilizaciones se desarrollen y florezcan, pero es verdad que ha tenido que ir evolucionando para poder ser efectivo. Las empresas que demuestran ser un excelente lugar para trabajar no son solo un extraordinario ambiente laboral sino que al mismo tiempo se exceden de manera consistente los resultados organizacionales.  
Hemos observado que para lograr este binomio, los líderes de las Grandes Empresas para Trabajar han empezado aplicar niveles de liderazgo cada vez más humanizados. Particularmente ha llamado nuestra atención la importancia que juega el factor confianza en estos nuevos modelos de liderazgo.
Durante muchos años, el control representaba la esencia del liderazgo. Hoy se adiciona a esta ecuación la confianza como un factor determinante para poder influir en las personas. En la era de la tecnología es fundamental que el líder pueda crear puentes de confianza con sus colaboradores. La confianza incrementa notablemente la influencia por un lado, y la información por otro.
“Sin confianza es necesario generar un número inmenso de controles que convierten a la empresa en un ente pesado y lento a causa de tanta burocracia”.
La toma de decisiones es particularmente lenta y eso provoca una gran falta de competitividad. Paradójicamente esto ocurre en entornos cada vez más dinámicos en donde la velocidad de reacción de la empresa es determinante para sobrevivir en el mercado.
La confianza pues, no es un acto de buena voluntad. Crear puentes de confianza es necesario en las organizaciones para ser más competitivas, pero también para sobrevivir. La confianza influye en todas las dimensiones humanas: La física, la emocional, la intelectual e inclusive la espiritual.
Cuando hay confianza en el entorno, la gente quiere aportar más y entonces trabaja más. La gente ama su trabajo, ama a su empresa y tienen la actitud correcta para enfrentar los desafíos y las incongruencias cotidianas. La gente aporta ideas, mejora procesos, trabaja más inteligentemente pero además, la gente encuentra un medio de trascendencia a través de su propia labor en la empresa. Todo esto genera un entorno de confianza.
Sin embargo, hemos aprendido que la confianza no se crea por decreto. Un líder no puede llegar mañana a su empresa y decir: “A partir de hoy, esta es una empresa con confianza”. Esto no ocurre así. La confianza es un proceso humano que implica crear lazos. Esto significa que la generación de confianza es un proceso gradual que debe construirse todos los días. Esta es la parte más compleja del proceso.
Crear confianza en un entorno implica revisar las creencias organizacionales de los líderes, que muchas veces son opuestas para generar confianza. Muchos líderes creen que dar confianza los debilita y los vuelve vulnerables.
Generar confianza también requiere que los líderes empiecen a mostrar congruencia entre lo que piensan, dicen y hacen, lo cual no es muy común en las organizaciones.
Adicionalmente, es importante  que exista un entorno de apertura organizacional, donde el proceso de comunicación sea fluido, claro pero,  sobre todo, veraz. Y no debemos olvidar un pilar determinante: la intención positiva del líder. Sin estos elementos no puede construirse un verdadero entorno de confianza. Sabemos que generar  un entorno con estas características no es fácil, sin embargo, entendemos también que vale mucho la pena.
Áreas de práctica para generar Alta Confianza
Hemos identificado nueve tipos de prácticas culturales que son significativas para hacer de una compañía un Gran Lugar para Trabajar. Este proceso de 9 pasos es conocido como Giftwork© (término creado por Robert Levering). Con base en el programa Giftwork© se crea un ambiente altamente productivo basado en la alta confianza.
Paso 1: Contratar y dar la bienvenida. Se trata de la manera en la cual se contratan candidatos adecuados a la cultura organizacional, que aporten valor a la compañía, no sólo que llenen una posición dentro de ella. Complementario a esto, es importante hacer de las nuevas contrataciones ocasiones especiales, considerándolos miembros del equipo o hasta “familia”, más que vacantes ocupadas.
Paso 2: Inspirar. Significa estimular a los colaboradores para sentir que su trabajo significa más que sólo un puesto. Asegurarse que las personas comprendan las profundas metas sociales inherentes en la misión y visión de la compañía en la que trabajan, así como el compartir con ellos la realidad del ambiente competitivo de la compañía para que los empleados entiendan el impacto de sus contribuciones.
Paso 3: Hablando. Implica comunicar de manera honesta. Son las maneras en la cual la administración, especialmente la gerencia superior, comparte información incluyendo noticias malas o desalentadoras con sus empleados, así como la accesibilidad hacia los empleados para responder sus preguntas.
Paso 4: Escuchando. Son las vías que están a disposición de los colaboradores para comunicarse con la Gerencia. Indica lo importante que es para los líderes el solicitar ideas por parte de los colaboradores, incorporarlos a los procesos de toma de decisiones acerca de sus propios trabajos, así como darles la oportunidad de expresar sus desacuerdos.
Paso 5: Agradeciendo. Es el demostrar a los colaboradores, su reconocimiento y aprecio por el buen trabajo, así como de su esfuerzo extraordinario.
Paso 6: Desarrollando. Son las oportunidades que provee la compañía para ayudar a los colaboradores a descubrir y desarrollar sus talentos, de modo que realicen una mejor contribución a la compañía o mejoren su crecimiento personal.
Paso 7: Cuidando. Engloba los beneficios y/o gratificaciones especiales o singulares que la compañía ofrece para demostrar que le interesa el bienestar de las personas no sólo como colaboradores, sino como individuos. Asimismo, es el proveer para apoyar a los trabajadores en momentos de necesidad (demostrar que la empresa realmente tiene “corazón”), y asegurar la diversidad dentro de la compañía.
Paso 8: Celebrando. Es el modo en el que la compañía celebra sus éxitos, así como estimular la diversión y camaradería entre los empleados.
Paso 9: Compartiendo. Se trata de asegurarse que todos obtengan una parte justa de los resultados que se lograron de manera conjunta. Es el estimular compensaciones totales que promuevan un sentido de justicia, así como tener programas para alentar a los colaboradores para realizar trabajos de voluntariado en su comunidad.
Raciel Martín Sosa Herrera
Vicepresidente de Desarrollo de Líderes
Great Place to Work Institute – México




domingo, 15 de noviembre de 2015

Seis claves para dejar huella en quienes te escuchan



Seis claves para dejar huella en quienes le escuchan

El gran descubrimiento de comunicación de los últimos tiempos es llevar la contraria a los últimos tiempos. Irónicamente, vivimos una época de máxima comunicación, en la que a cada instante se desarrollan informaciones a través de medios tecnológicos y estamos más y mejor comunicados, cada vez nos comunicamos menos, y peor en persona.
En un mundo acostumbrado a comunicarse por medios tecnológicos, somos nosotros, las personas, un valor especial, los actores principales, los que podemos ser y conseguir hacer la mejor comunicación posible.
Por eso queremos compartir con usted algunas claves fundamentales a manejar cada vez que deseen comunicarse dejando huella en quienes les escuchen.

Clave #1
El tiempo de tu audiencia es oro
Estamos en un mundo cargado de "ladrones de atención". Estudios recientes han demostrado que cada día tenemos menos capacidad para prestar atención. Tan poca, que es menos de ocho segundos, una atención menor a la que presta un pez. Hoy en día, un pez presta más atención de modo continuado que los seres humanos".
Así que si solo tienes ocho segundos para que te escuchen, ya sería buen momento para dejar de decir cosas del tipo '¡Hola! Me llamo Patricia, estoy encantada de estar aquí con todos ustedes, vamos a pasar una mañana muy agradable...', porque para cuando termines de decir eso ya habrás perdido la atención del público.

Clave #2
Todos tenemos una voz única
Nadie nos tendrá que convencer nunca de que nosotros tenemos voz, y sabremos con técnicas y recursos utilizarla de la mejor manera posible.
¿Qué porcentaje de tu éxito profesional tiene que ver con cómo utilizas esa vos, tiene que ver con la comunicación? No solo nos referimos a comunicarnos con audiencias de cientos o miles de personas, en un discurso, en una rueda de prensa o un programa de radio, sino en el día a día, cuando se negocia un aumento de sueldo, el desarrollo de un nuevo proyecto.
Ahora bien, si tu respuesta a la pregunta anterior es entre el 80% y el 90%, ¿cuánto tiempo invertimos en comunicar bien?

Clave # 3
Comunicar bien es siempre el resultado del tiempo que le dediques
No hay milagros, todas esas personas que conocemos como "monstruos de la comunicación", tipo Steve Jobs, Barack Obama, Martin Luther King, tenían como prioridad clarísima el que para el éxito de sus misiones, comunicar bien era la única forma de que todo aquello brillara.
Todo en nosotros comunica. Según el investigador Albert Mehrabian, cuando nos dirigimos a una audiencia, y queremos que nos recuerden, las palabras ocupan tan poco en el total de nuestro discurso como un 7%, la voz (el énfasis, los matices, las pausas) tendrá un 38% y el lenguaje corporal ocupará tanto como un 55%.
Es importante que al comunicarnos, en lugar de concentrarnos solo en las palabras, seamos conscientes de dónde está todo el resto de nuestro cuerpo, qué estamos comunicando con todo aquello a lo que no solemos prestar atención.

Clave #4
El miedo escénico no existe
El miedo escénico suele tener que ver con la falta de preparación. ¿Cuántas veces, si vamos a hacer una intervención en público, vamos previamente a la sala, vemos el atril, vemos cómo funciona el audio y la iluminación?
Los grandes oradores nunca dejan esos factores al azar, porque no se trata solo de que todos los elementos del discurso estén bien armados, sino que todos esos factores externos que pueden contribuir a que nuestro discurso brille estén también controlados.

Clave #5
Hablar desde la emoción
Estamos demasiado acostumbrados a hablar en azul, en términos de cerebro izquierdo, de razonamientos, de números. Lo que hace que los mensajes se queden grabados no son las palabras que elegimos sino las emociones que provocamos. Dicho de otra forma, la gente no te va a recordar por lo que dices, sino por cómo les llegas al corazón.

Clave #6
Cuando presentas, tú eres quien presenta
Más allá de los apoyos audiovisuales de los que te quieras apoyar, que te ayuden, pero no te roben el protagonismo. Si queremos que el público nos preste toda su atención, no usemos imágenes o elementos distractores, más bien una pantalla en blanco para que la gente se centre en lo que queramos decirles.
Fuente Patricia Cauqui