El
siglo XXI está cargado de cambios. La era de la información ha generado que los
seres humanos estemos transformando todas nuestras prácticas, incluso las más
cotidianas. La manera como aprendemos, como trabajamos, como nos comunicamos,
como nos divertimos y hasta como nos relacionamos han sido impactadas por la
tecnología. Para las nuevas generaciones, el mundo sería impensable sin
Internet, sin el celular y sin todas las aplicaciones tecnológicas actualmente
disponibles.
En
un mundo que se mueve tan rápido, es necesario que el liderazgo se adecue a este
entorno. El liderazgo ha sido un factor determinante para que las
civilizaciones se desarrollen y florezcan, pero es verdad que ha tenido que ir
evolucionando para poder ser efectivo. Las empresas que demuestran ser un
excelente lugar para trabajar no son solo un extraordinario ambiente laboral
sino que al mismo tiempo se exceden de manera consistente los resultados
organizacionales.
Hemos observado que para lograr este binomio, los
líderes de las Grandes Empresas para Trabajar han empezado aplicar niveles de liderazgo cada vez más humanizados. Particularmente ha llamado nuestra
atención la importancia que juega el factor confianza en estos nuevos
modelos de liderazgo.
Durante
muchos años, el control representaba la esencia del liderazgo. Hoy se adiciona
a esta ecuación la confianza como un factor determinante para poder
influir en las personas. En la era de la tecnología es fundamental que el líder
pueda crear puentes de confianza con sus colaboradores. La confianza incrementa
notablemente la influencia por un lado, y la información por otro.
“Sin confianza es
necesario generar un número inmenso de controles que convierten a la empresa en
un ente pesado y lento a causa de tanta burocracia”.
La
toma de decisiones es particularmente lenta y eso provoca una gran falta de
competitividad. Paradójicamente esto ocurre en entornos cada vez más dinámicos
en donde la
velocidad de reacción de la empresa es determinante para sobrevivir en el
mercado.
La
confianza pues, no es un acto de buena voluntad. Crear puentes de confianza es
necesario en las organizaciones para ser más competitivas, pero también para
sobrevivir. La confianza influye en todas las dimensiones humanas: La física,
la emocional, la intelectual e inclusive la espiritual.
Cuando hay confianza en
el entorno, la gente quiere aportar más y entonces trabaja más. La gente ama su
trabajo, ama a su empresa y tienen la actitud correcta para enfrentar los
desafíos y las incongruencias cotidianas. La gente aporta ideas, mejora
procesos, trabaja más inteligentemente pero además, la gente encuentra un medio
de trascendencia a través de su propia labor en la empresa. Todo esto genera un
entorno de confianza.
Sin
embargo, hemos aprendido que la confianza no se crea por decreto. Un líder no
puede llegar mañana a su empresa y decir: “A
partir de hoy, esta es una empresa con confianza”. Esto no ocurre así. La
confianza es un proceso humano que implica crear lazos. Esto significa que la
generación de confianza es un proceso gradual que debe construirse todos los
días. Esta es la parte más compleja del proceso.
Crear
confianza en un entorno implica revisar las creencias organizacionales de los
líderes, que muchas veces son opuestas para generar confianza. Muchos líderes
creen que dar confianza los debilita y los vuelve vulnerables.
Generar
confianza también requiere que los líderes empiecen a mostrar congruencia entre
lo que piensan, dicen y hacen, lo cual no es muy común en las organizaciones.
Adicionalmente,
es importante que exista un entorno de apertura organizacional, donde el
proceso de comunicación sea fluido, claro pero, sobre todo, veraz. Y no
debemos olvidar un pilar determinante: la intención positiva del líder. Sin
estos elementos no puede construirse un verdadero entorno de confianza. Sabemos
que generar un entorno con estas características no es fácil, sin
embargo, entendemos también que vale mucho la pena.
Áreas de práctica para generar Alta Confianza
Hemos
identificado nueve tipos de prácticas culturales que son significativas para
hacer de una compañía un Gran Lugar para Trabajar. Este proceso de 9 pasos es conocido como Giftwork© (término creado por Robert
Levering). Con base en el programa Giftwork© se
crea un ambiente altamente productivo basado en la alta confianza.
Paso
1: Contratar y dar la
bienvenida. Se trata de la manera en la cual se contratan
candidatos adecuados a la cultura organizacional, que aporten valor a la
compañía, no sólo que llenen una posición dentro de ella. Complementario a
esto, es importante hacer de las nuevas contrataciones ocasiones especiales,
considerándolos miembros del equipo o hasta “familia”, más que vacantes
ocupadas.
Paso
2: Inspirar.
Significa estimular a los colaboradores para sentir que su trabajo significa más que sólo un puesto. Asegurarse que las personas
comprendan las profundas metas sociales inherentes en la misión y visión de la
compañía en la que trabajan, así como el compartir con ellos la realidad del
ambiente competitivo de la compañía para que los empleados entiendan el impacto
de sus contribuciones.
Paso
3: Hablando.
Implica comunicar de manera honesta.
Son las maneras en la cual la administración, especialmente la gerencia
superior, comparte información incluyendo noticias malas o desalentadoras con
sus empleados, así como la accesibilidad hacia los empleados para responder sus
preguntas.
Paso
4: Escuchando.
Son las vías que están a disposición de los colaboradores para comunicarse con
la Gerencia. Indica lo importante que es para los líderes el solicitar ideas
por parte de los colaboradores, incorporarlos a los procesos de toma de
decisiones acerca de sus propios trabajos, así como darles la oportunidad de
expresar sus desacuerdos.
Paso
5: Agradeciendo.
Es el demostrar a los colaboradores, su reconocimiento y aprecio por el buen
trabajo, así como de su esfuerzo extraordinario.
Paso
6: Desarrollando.
Son las oportunidades que provee la compañía para ayudar a los colaboradores a descubrir y
desarrollar sus talentos, de modo que realicen una mejor contribución a la
compañía o mejoren su crecimiento personal.
Paso
7: Cuidando. Engloba los beneficios
y/o gratificaciones especiales o singulares que la compañía ofrece para
demostrar que le interesa el bienestar de las personas no sólo como
colaboradores, sino como individuos. Asimismo, es el proveer para apoyar a los
trabajadores en momentos de necesidad (demostrar
que la empresa realmente tiene “corazón”), y asegurar la diversidad
dentro de la compañía.
Paso
8: Celebrando.
Es el modo en el que la compañía celebra sus
éxitos, así como estimular la diversión y camaradería entre los
empleados.
Paso
9: Compartiendo.
Se trata de asegurarse que todos obtengan una
parte justa de los resultados que
se lograron de manera conjunta. Es el estimular compensaciones totales que
promuevan un sentido de justicia, así como tener programas para alentar a los
colaboradores para realizar trabajos de voluntariado en su comunidad.
Raciel Martín Sosa
Herrera
Vicepresidente de
Desarrollo de Líderes
Great Place to Work Institute – México
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