Ser madre implica multitud de responsabilidades y ser
emprendedora, también.
Ser madre te convierte, desde
el mismo día del parto y sin avisar, en una auténtica heroína. De repente,
dormir, Ser madre es además de uno de
los momentos más felices de la vida de toda mujer, un reto personal y
profesional. Si además eres emprendedora o profesional independiente, te
conviertes automáticamente en una Supermamá!
Ser madre te convierte, desde
el mismo día del parto y sin avisar, en una auténtica heroína. De repente,
dormir, comer y esas otras necesidades vitales que parecían tan básicas, pasan
a ocupar un segundo plano. Descubres que nunca habías exprimido tanto 24 horas,
pero pese a todo logras sobrevivir. ¿Quién te iba a decir que la baja
maternal sería tan dura?
Con la llegada del bebé, el
mundo laboral se paraliza. Las mujeres emprendedoras tenemos derecho,
como las asalariadas, a una baja de 16 semanas retribuidas, aunque ser
el alma de un negocio exige trabajo extra. Antes del parto, hay que ocuparse de
dejar todo atado y bien atado: delegar en alguien de confianza o buscar a un
responsable para dejarlo a cargo, informar a todos los clientes, cerrar asuntos
que dependen exclusivamente de ti, etc. En este punto, es importante que
conozcas bien cuáles son los derechos que te corresponden como madre
emprendedora
Después del parto, la
recuperación física y los cuidados del pequeño absorben la mayor parte de las
horas. No obstante, el tiempo pasa rápido y antes de que quieras darte cuenta
habrá llegado el momento de retomar la actividad. Para que esa vuelta se
te haga menos cuesta arriba, atenta a estos consejos:
Mantén el contacto con la empresa
Intenta no despreocuparte por
completo de lo que ocurre en tu negocio, aunque estés de baja. Recuerda que
sigues teniendo capacidad de mando y que tu deber es controlar lo que ocurre en
la empresa. Esto no significa que debas estar llamando continuamente a la
oficina. Confía en la persona que dejaste a cargo, pero guíala. Pídele
que te ponga en copia en los correos electrónicos, queda a tomar café y dile
que te cuente todas las novedades. Si hay que tomar decisiones importantes, tú
tendrás la última palabra, así que lo mejor es que estés bien informada.
Divide y vencerás
Ser madre implica multitud de
responsabilidades y ser emprendedora, también. Lo importante es que seas
consciente de que no todo el trabajo es cosa tuya, ni en casa ni en tu
empresa. Las tareas del hogar y el cuidado del bebé deben ser una cuestión
compartida con el padre. En el caso de que seas madre soltera o que necesites
refuerzos extra, acude a una guardería, busca apoyo en el resto de la familia o
contrata a alguien.
En el caso del negocio, si
tienes empleados, reparte el trabajo. Si eres autónoma, durante este
período deberás afrontar que la persona que has dejado a cargo estará a la
altura. Además, puede que incluso sea un primer paso para empezar a crecer.
Haz una vuelta progresiva
Empieza poco a poco
para ir adaptándote. Si has estado informada de lo que ocurría en tu ausencia,
te será más sencillo recuperar el mando. Si no, comienza por ponerte al día.
Hacer 12 horas del tirón no te ayudará en nada a ser más productiva.
Establece un horario de trabajo
El bebé ha cambiado tu vida
más de lo que puedes imaginar. Necesitas pasar tiempo con tu hijo y, para eso,
te conviene ponerte un horario y saber respetarlo. Todas hemos pasado horas en
la oficina sin mirar el reloj hasta que acababa el trabajo, pero eso no es sano
ni físico ni mentalmente. Cuando aprendas a compaginar tu trabajo con tu
familia serás más feliz e incluso más productiva.
Ten paciencia
Al principio será complicado,
pero pronto lograrás hacerte con todo. Solo es cuestión de organización y de
tiempo. El estrés y los nervios son malos aliados, así que tómatelo con
filosofía y la vuelta a la rutina será mucho más sencilla. Al fin y al
cabo, eres una “supermamá” y eso se nota. ¡Confía en ti!
Fuente Nuria
Molina
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