Si quieres motivar a tu equipo a generar grandes
resultados debes evitar estas expresiones ofensivas y molestas.
Malos jefes los hay en todos lados y
de todas las clases; directivos o gerentes poco motivadores, regañones,
insensibles, flojos e irrealistas. Incluso hay quienes disfrutan hacer llorar a
sus empleados y que éstos sientan temor con sólo escuchar su nombre. Una
noticia para ellos: lo único que provocarán es baja productividad en su empresa, (costosa) rotación de personal y un
clima laboral deficiente que no atrae ni retiene talento.
Como emprendedor, es probable que te
encuentres por primera vez en esta posición, pero la inexperiencia no es excusa
para convertirte en un jefe que no sabe liderar a su equipo y que afecta
negativamente su moral. De hecho, hacerlo podría significar la muerte de tu
startup, ya que el
éxito de toda empresa -sea grande o pequeña- depende de su capital humano.
Aunque la forma de comportarte es el
mejor referente para tus empleados, tus palabras también lo son. Y existen
ciertas frases que nunca debes usar al comunicarte con tu equipo,
independientemente de cuál sea tu humor o la situación:
1. “¿Acaso no haces nada bien?...”
Aunque un empleado cometa uno o
varios errores, esta frase es muy
ofensiva y puede dañar gravemente su motivación. Cuando haya una
situación de este estilo, relájate, cuenta hasta 10 (o a 100) y pídele a la
persona que explique lo ocurrido. Haz que él mismo reconozca su equivocación y
proponga soluciones.
2. “Que sea la última vez que...”
Ésta es la frase
favorita del jefe amenazador. Normalmente la amenaza hace
referencia a la liquidación del trabajador, pero lo único que genera es que
trabaje por miedo y no por alcanzar objetivos.
3. “Tienes suerte de trabajar aquí. En otros lados...”
En primer lugar probablemente no
conozcas las políticas laborales de otras empresas y en segundo, si el empleado
realmente tuviera suerte de trabajar contigo, no tendrías que decírselo de esa
manera. Nunca te compares con otras compañías; crea tu cultura
empresarial y asegúrate que sea atractiva para el capital humano.
4. “No es mi problema…”
Cuando un miembro de tu equipo te
explica que llegó tarde por 'x', no terminó el trabajo por 'y' o no alcanzó las
metas por 'z', nunca digas esta expresión. No se trata de que
"cobijes" a los empleados que sólo presentan excusas, sino de que seas empático y
trates de entender la situación. Además, debes asegurarte que
efectivamente no sea tu problema, lo que significa que una de tus
responsabilidades es proveer todas las herramientas, recursos e incentivos que
permitan que el trabajo se realice.
5. “Para eso te pago…”
Una frase muy utilizada por los
jefes con sentimiento de superioridad. Con estas palabras le estás diciendo a
la persona que es de tu propiedad y que debe hacer lo que tú digas simplemente
porque recibe una paga por ello. Si quieres que tu
equipo te respete, nunca saques a colación los temas relacionados con los
sueldos y tu posición como jefe.
6. “Tenemos que recortar gastos…”
A menos de que tu empresa esté
pasando por un momento muy difícil, que ya has comunicado y compartido con tu
equipo no digas esta frase. Pero, sobre todo, no recortes sueldos o personal y
al día siguiente te aparezcas en la oficina usando un traje nuevo o estrenando
un auto último modelo.
7. “Así se han hecho siempre las cosas…”
Es el 'mantra' del jefe obsoleto y nada innovador. En una
empresa, al reclutar talento se tiene como principal objetivo justamente eso:
cambiar las rutinas y el estatus quo para innovar y crecer. Si un empleado te
presenta una idea o una forma distinta de operar, escúchalo y pruébalo. Nunca
sabes de dónde vendrá la idea que te genere millones de pesos.
8. “No te pago por pensar, te pago por hacer…”
Nuevamente el jefe que se siente
superior y habla sobre salarios para recordarlo. Y lo peor: es el jefe que desmotiva la innovación y el crecimiento de la
empresa. Por el contrario, haz que buena parte de las
descripciones de puestos incluyan un componente creativo e innovador.
9. “No lo entregues hasta que lo hagas bien…”
Esta desagradable frase muchas veces
va acompañada de papeles aventados o tirados a la basura. Este jefe
tirano disfruta rebajar a sus empleados y hacerlos sufrir. En
lugar, observa bien lo que entregó y da una retroalimentación efectiva que
impulse a que la próxima vez la entrega sea correcta, pero no por temor, sino
por tu buen liderazgo y conducción.
10.
“Lo siento, no hay nada que
pueda hacer…”
Es la típica del jefe "Poncio
Pilato". Ante un posible despido, rechazo de aumento de sueldo u otorgar
un permiso, muchos managers usan esta frase para lavarse las manos. Pero como
emprendedor, probablemente no sea siquiera cierta. Tú eres quien decide en tu
empresa y en tus manos está la satisfacción de tu equipo.
11.
“Los problemas personales no
los traigas a la oficina…”
Otro recordatorio: un empleado no es una máquina, y por tanto tiene
sentimientos, emociones, ambiciones y deseos. Y cuando alguien trabaja, ejecuta con su cuerpo, pero
lo logra gracias a la mente y al corazón. Sé un jefe abierto: escucha a la
persona y procura ofrecerle tu respaldo.
12.
“Llegaste 10 minutos tarde…”
Una cosa es impulsar la puntualidad
de tu empresa y otra muy distinta es convertirte en un reloj humano con el fin
de regañar a tus empleados. Para que tu empresa
sea productiva no debes fijarte en el tiempo que pasa un trabajador sentado en
un escritorio, sino en sus resultados.
13.
“Aquí el que manda soy yo…
Los esquemas de trabajos verticales
y unidireccionales ya no funcionan. ¿Por qué? Porque los líderes sabios han descubierto que
empoderando a sus empleados se consiguen mejores resultados. Si eres
un líder, ellos lo sabrán, pero por tu ejemplo, no porque se los digas con
altanería.
14.
“El proyecto/empresa no es
tuyo…”
Craso error decirle a un empleado
que aquello que en lo que trabaja no es de su propiedad. Una cosa es que no
pueda adueñarse completamente de él y hacer lo que quiera, y otra muy distinta
es que no sea parte de su vida. Finalmente, una persona le dedica más de un tercio de su
día a un proyecto y hacer que se sientan parte de él es lo único que genera
lealtad a la empresa.
Fuente: Belén
Gómez Pereira
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