Hábitos prácticos
de productividad en la empresa
Los hemos dividido en seis
bloques:
1. Energía y descanso,
2. Planificación y prioridades,
3. Gestión y organización de tareas,
4. Ladrones de tiempo,
5.
Equipo y
reuniones y tecnología
Ser emprendedor y liderar tu negocio suele conducir a una elevada carga
de trabajo ya que supone realizar un rol multitarea al tener que atender
a los distintos departamentos o áreas de la empresa y ponerte diferentes
“sombreros” dependiendo de con quién y con qué te toque lidiar en cada momento.
Y
debes aprender a hacerlo bien porque si por ejemplo trabajas diez horas diarias,
se trata de que esas horas sean los más efectivas posibles. Y lo mismo es
aplicable si tienes la suerte de conseguir trabajar sólo cinco horas. Para
ello, tienes que organizarte bien a ti mismo pero también a tu equipo ya que
ser un buen emprendedor supone ser efectivo y liderar a tu equipo para que
también lo sea.
Cada empresa y cada persona emprendedora son un mundo, por ejemplo cada uno debe
ver en qué momento del día está en su tope de energía y es más eficaz, cuando
debe estar con su equipo, cuando puede aislarse del equipo y de la familia o
cuando sus clientes demandan la máxima atención.
Pero
siempre hay una serie de hábitos para la productividad empresarial aplicables a
todo el mundo, en este artículo hemos preparado una checklist o lista de hábitos
que ayudan a mejorar la productividad con objeto de que puedas ver
rápidamente si hay alguno nuevo que puedas incorporar a tu manera de trabajar.
Energía y descanso
·
Realizar
ejercicio físico de manera regular, ya que contribuye a mantener tus
fuerzas y tu equilibrio personal.
·
Tomarse
pequeños descansos entre tareas para desconectar, levantarse de la mesa
de trabajo, retomar fuerzas, cerrar un compartimento mental y pasar al
siguiente.
·
Identificar
tu punto álgido diario o pico de energía y productividad, con objeto de
aprovecharlo para las tareas más relevantes o las más difíciles. Para
mucha gente será al principio del día, otros a media mañana o incluso algunos
lo tienen por la tarde.
·
Buscar
de vez en cuando momentos de aislamiento y reflexión personal para
dedicarlos a pensar con calma y a encontrar nuestra motivación positiva con lo
que hacemos, que nos servirá para transmitírsela a los demás.
Planificación y Prioridades
·
Trabajar
con proyectos con objetivos claros y fechas de entrega concretas.
·
Dividir los proyectos en acciones o tareas pequeñas,
de 2, 3 o 5 horas de duración ya que granito a granito es como se avanza.
·
Priorizar las tareas importantes: para
ello hay aprender a clasificar las tareas que realizas entre importantes y no
importantes. Después de unos días fijándote en la relevancia de lo que estás
haciendo te será más fácil cambiar tus hábitos para que la mayor parte de tu
tiempo se concentre en tareas importantes.
·
No dejarse avasallar por lo urgente: en
este caso debes clasificar las tareas que realizas entre urgentes y no
urgentes. No es bueno trabajar sólo en tareas urgentes porque acabarás dejando
de lado tareas importantes pero no urgentes como la planificación. Debes
encontrar tu equilibrio entre lo importante y lo urgente.
·
Matriz de prioridades: para muchos trabajadores
puedes ser de ayuda trabajar un tiempo con una matriz de prioridades, al menos
hasta que se consigan interiorizar unos hábitos más productivos.
·
Ley de Pareto: esta ley matemática dice que
“el 80% de los resultados provienen del 20% de los esfuerzos”. En consecuencia
se trata de ver qué actividades son realmente importantes ya que están
concentrando el 80% de tus resultados.
·
Proactividad: no esperes a reaccionar ante
los acontecimientos, trata de adelantarte y tomar tu propio camino.
·
Perfeccionismo: evita el perfeccionismo ya que
te llevará a dedicar demasiado tiempo a las cosas. Hay que conseguir alcanzar
el punto de eficiencia, donde se cumplen con los estándares de calidad deseados
pero sin incurrir en un exceso de dedicación que aporta muy poca mejora.
Gestión y
organización de tareas
·
Listas de tareas: recopila y actualiza
regularmente todas tus tareas pendientes en un único lugar (app, agenda,
libreta, email…) y ordénalas, estableciendo tu lista diaria, tu lista semanal e
incluso tu lista mensual. No te fíes de tu memoria. Pon fechas de finalización
a tus tareas… sin agobiarte.
·
Empezar por lo difícil: en general lo más recomendable
es empezar el día resolviendo las tareas más complicadas.
·
Tareas mínimas: resuelve sobre la marcha las
tareas mínimas, por ejemplo las que lleven menos de 3 minutos. Muchas veces es
más rápido que anotarlas y planificar cuando las vas a hacer.
·
Delega tareas: si dispones de un equipo es
importante que lo prepares para delegar en él el máximo de tareas posible. Para
conseguir su implicación será necesario que le hagas participar en la fijación
de tareas y después que establezcas conjuntamente los objetivos, los
procedimientos a seguir, los recursos a emplear, los plazos y las
consecuencias.
·
Variedad de tareas: la vida profesional es más
rica cuando vas alternando tareas. Si siempre haces lo mismo es cuando aparece
la parte negativa de la “rutina”.
·
Las tareas de una en una: abordar tus tareas
individualmente, 100% concentrado, ese es el objetivo, hacer muchas
cosas a la vez puede suponer no hacer bien ninguna de ellas.
·
Concentración de tareas similares: concentra
en un día o mañana las llamadas o visitas de la semana. O la respuesta a email
o gestión de redes sociales en dos veces a lo largo del día, por ejemplo a
primera y última hora, evitando tener abiertos todo el rato el correo
electrónico y las redes sociales.
·
Flexibilidad en la agenda: no
te estreses demasiado, estimar el tiempo que nos van a llevar las tareas es
difícil y casi siempre nos quedamos cortos.
·
Tomar notas: una libreta es de gran ayuda
para reuniones, visitas o incluso para momentos de pensamiento propio, no te
fíes de tu memoria. Incluso algunos emprendedores llegan a utilizar una libreta
distinta para cada área de negocio.
·
Orden: utiliza carpetas en el ordenador
y en tu mesa, elimina todo el papel que puedas y mantén una sensación de
limpieza a tu alrededor. Si un papel lleva más de un par de semanas en tu mesa
es necesario hacer algo con él: archivarlo, delegarlo, destruirlo o resolverlo.
Ladrones de
tiempo: visitas, teléfono, email y redes sociales
·
Aprender a decir que “No”: en ocasiones se nos pedirá que
nos ocupemos de nuevos proyectos o tareas que nos distraerán de nuestro
objetivo, incluso imposibilitando que podamos alcanzarlo. Así que tendremos que
aprender a “defendernos”, con diplomacia y aportando motivos de peso.
·
Desconexión: en tareas largas que requieren
concentración exclusiva, desconecta todo: email, tlf, whatsapp, redes sociales.
Incluso si es necesario para protegerte de visitas o interrupciones de personas
que llaman a tu despacho, cambia de lugar de trabajo para aislarte.
·
Protegerse de la sobreinformación de la red: internet
te ofrece miles de artículos, contenidos y videos que te pueden interesar, el
problema es que los puedes detectar en cualquier momento, así que si detectas
algo, anótalo en una lista de cosas por mirar a la que dedicar un tiempo de vez
en cuando, pero no interrumpas lo que estabas haciendo.
Equipo y
reuniones
·
Reducir el número de reuniones: conviene
que se celebre el mínimo imprescindible y que sean lo más concretas y rápidas
que sea posible.
·
Preparar las reuniones: conviene preparar un guión u
orden del día que distribuir anticipadamente a los asistentes.
·
Control del tiempo en reuniones: hay
que tratar de centrar la mayor parte de la reunión en lo importante y controlar
las intervenciones, fomentando que hablen todos.
·
Conclusiones de reuniones: es conveniente levantar algún
tipo de acta o de conclusiones en las que se estipulen las tareas y acciones
derivadas de la reunión.
·
Metodología Kanban: supone organizarse en base a
proyectos y un tablón de tareas, con reuniones rápidas en las que todo el
mundo explica semanalmente a los demás lo que está haciendo en tres
minutos.
·
Formación: es importante que tu equipo
esté adecuadamente preparado en gestión de la productividad y que todos los
miembros utilicen una metodología coordinada.
Tecnología
·
Equipo adecuado a tu tarea:
si trabajas con un ordenador, éste constituye tu herramienta fundamental, por
eso es importante que sepas sacarle el máximo partido, aprendiendo a manejar el
software que sea necesario y los trucos y controles rápidos que te permiten
ahorrar tiempo. En este sentido los nativos digitales lo tienen más fácil pero
si no es tu caso, debes esforzarte por adaptarte para no quedar fuera de juego.
·
Herramientas y aplicaciones: la nube nos ofrece diversas
soluciones multidispositivo que nos ayudan a aplicar muchas de las tareas
organizativas vistas aquí.
Fuente Infoautónomos