Claves para hablar en público sin nervios.
Dicen que el miedo a hablar en público es uno de los temores más
extendidos en la sociedad occidental, no sé si será así, pero es cierto
que a muchas personas les cuesta ponerse delante de una audiencia y transmitir
de forma convincente sus ideas; he visto excelentes presentaciones pasar
desapercibidas por los nervios del orador.
En cambio hay herramientas sencillas para evitar los nervios cuando uno
va a hablar en público, ya sea en una ponencia, en un examen, en una
presentación, en la comunidad de vecinos, en una reunión o en una boda.
1.
Piensa: ¿A qué le tienes miedo?
¿A
hacer el ridículo, a que se rían de ti, a tartamudear, a perder prestigio
profesional? Son cosas que nunca pasan. ¿A cuántas personas conoces a las que
hayan despedido de su empresa por no hablar bien en público?
Si
tu miedo es a quedarte en blanco, lleva notas, si es a que no te funcionen los
medios audiovisuales, lleva un plan B, es decir, si se trata de cosas que
realmente pueden pasar, toma las medidas necesarias para reducir esa
posibilidad al mínimo.
2. Gánate a la audiencia con una
buena introducción
Los
primeros segundos son muy importantes para causar una buena impresión:
·
Preséntate para hablar en
público (si no lo ha hecho ya
otra persona) con un par de frases que te sepas de memoria.
·
Busca una frase o cita
ingeniosa que tenga que ver con el
tema: así rompes el hielo y consigues la atención de todos.
·
Si no te sientes capaz, puedes
utilizar un video como introducción, así los primeros minutos no tienes que
hablar y tus nervios se irán calmando sin que te des cuenta.
La
introducción, elijas la modalidad que elijas, tendrás que ensayarla un montón
de veces, es la mejor forma de que salga bien.
3. Cuanto mejor te lo sepas, menos
nervios tendrás
Si
es un tema que dominas, mejor.
Además,
ensaya y visualízate haciendo la charla. La visualización, según
estudios realizados con deportistas funciona, en gran medida, como el
entrenamiento.
4. Si te da un ataque de pánico en
medio de charla
Respira,
mira tus notas, bebe agua y sonríe.
Luego
retoma tu charla a un ritmo lento. Verás como en seguida todo vuelve a fluir.
5. “Antes muerta que sencilla”
No
digas frases del tipo: “Ay qué nervioso estoy” (ni siquiera cuando llames
a la radio) o “Me he perdido” o “Me he equivocado”. ¡No! Si te pierdes, te equivocas
o estás nervioso, te lo callas, es muy probable que un porcentaje altísimo de
la audiencia no se haya dado ni cuenta, ¡no se lo hagas notar tú!
Y,
por la misma razón, a mis alumnos de empresa y a los que les hago entrenamiento para
hablar en público, les digo siempre que lleven sus notas en una tarjeta,
nunca en un folio, porque si estás nervioso y te tiemblan las manos, el folio
multiplicará el movimiento y todo el mundo estará más pendiente de tus nervios
que de lo que dices.
6. Engáñate a ti mismo. ¡Funciona!
La
audiencia no suele notar los nervios del ponente, o los nota mucho menos que él
mismo, por tanto: olvídate de ellos, haz como si no existieran. Parecerá una
tontería pero es el mejor remedio contra los nervios. ¿Qué te tiembla la voz?
Ni caso, ya se pasará. ¿También te tiemblan las manos? Las colocas un rato en
la espalda y sigues como si nada. Piensa que no estás nervioso, solo estás
PREPARADO, con la adrenalina suficiente para que salga todo rodado.
7. Y pase lo que pase, ¡sonríe!
Piensa
que la gente está ahí porque le interesa el tema, por lo que, aunque estés algo
nervioso no les va a importar si lo que dices es interesante, así que por favor
¡sonríe! Somos mucho más benevolentes con una persona que sonríe.
A
hablar en público se aprende hablando en público, por eso, cada vez que tienes
que hacerlo, es una oportunidad para mejorar. ¡Aprovéchala!
Las mejores ideas y consejos del mundo para hablar bien
en público
·
Apuntarnos a un curso de oratoria.
·
Practicar. Buscar cualquier excusa para decir unas
palabras en una reunión social, etc.
·
No abrir la boca en público si no creemos firmemente en
lo que vamos a decir. Lo que "vendemos" es nuestra
pasión/credibilidad/interés, sea cual sea el tema.
·
Concentrarnos.
·
No memorizar.
·
No contar chistes.
·
Ser actual. Vincular nuestras indicaciones con algún
hecho del que se hable en el periódico de hoy.
·
Si empleamos materiales audiovisuales,
conviene que sean claros y sencillos.
·
Repetirnos. Reducir nuestras ideas a cuatro o
cinco e insistir en ellas de diez formas diferentes, para que lleguen al
destinatario.
·
Contar historias. Los grandes oradores son grandes contadores de historias.
·
Que todas nuestras historias sean historias
de "interés humano". De
personas de verdad (de la empresa, clientes, proveedores) que hacen cosas de
verdad.
·
Repartir material sencillo e interesante que
resuma los puntos principales.
·
No mostrarnos nunca despectivos con los oyentes.
·
Establecer contacto visual con nuestros
oyentes, pero solo con una persona cada vez.
·
Buscar con la vista a las personas que nos apoyan. Su
lenguaje corporal positivo nos tranquilizará.
·
Saber que, contrario a las reglas más
estrictas de la oratoria, no necesitamos
un arranque deslumbrante para atrapar a nuestra audiencia. Ni tampoco un
final chispeante. Lo que necesitamos son cuatro o cinco ideas claras de las que
estamos absolutamente convencidos.
·
Ser modestos y reírnos de nosotros mismos. No hay nada más desagradable que la
arrogancia o la prepotencia.
Fuentes:
Tom Peters
Natalia Gomez del Pozuelo
Ok están interesantes estas ideas..
ResponderBorrarPara mejorar la elocuencia en público...Las pondré en práctica