lunes, 21 de septiembre de 2015

Las mejores ideas y consejos del mundo para hablar bien en público

Claves para hablar en público sin nervios.
Dicen que el miedo a hablar en público es uno de los temores más extendidos en la sociedad occidental, no sé si será así, pero es cierto que a muchas personas les cuesta ponerse delante de una audiencia y transmitir de forma convincente sus ideas; he visto excelentes presentaciones pasar desapercibidas por los nervios del orador.
En cambio hay herramientas sencillas para evitar los nervios cuando uno va a hablar en público, ya sea en una ponencia, en un examen, en una presentación, en la comunidad de vecinos, en una reunión o en una boda.
1.       Piensa: ¿A qué le tienes miedo?
¿A hacer el ridículo, a que se rían de ti, a tartamudear, a perder prestigio profesional? Son cosas que nunca pasan. ¿A cuántas personas conoces a las que hayan despedido de su empresa por no hablar bien en público?
Si tu miedo es a quedarte en blanco, lleva notas, si es a que no te funcionen los medios audiovisuales, lleva un plan B, es decir, si se trata de cosas que realmente pueden pasar, toma las medidas necesarias para reducir esa posibilidad al mínimo.
2.       Gánate a la audiencia con una buena introducción
Los primeros segundos son muy importantes para causar una buena impresión:
·         Preséntate para hablar en público (si no lo ha hecho ya otra persona) con un par de frases que te sepas de memoria.
·         Busca una frase o cita ingeniosa que tenga que ver con el tema: así rompes el hielo y consigues la atención de todos.
·         Si no te sientes capaz, puedes utilizar un video como introducción, así los primeros minutos no tienes que hablar y tus nervios se irán calmando sin que te des cuenta.
La introducción, elijas la modalidad que elijas, tendrás que ensayarla un montón de veces, es la mejor forma de que salga bien.
3.       Cuanto mejor te lo sepas, menos nervios tendrás
Si es un tema que dominas, mejor.
Además, ensaya y visualízate haciendo la charla. La visualización, según estudios realizados con deportistas funciona, en gran medida, como el entrenamiento.
4.       Si te da un ataque de pánico en medio de charla
Respira, mira tus notas, bebe agua y sonríe.
Luego retoma tu charla a un ritmo lento. Verás como en seguida todo vuelve a fluir.
5.       “Antes muerta que sencilla”
No digas frases del tipo: “Ay qué nervioso estoy” (ni siquiera cuando llames a la radio) o “Me he perdido” o “Me he equivocado”. ¡No! Si te pierdes, te equivocas o estás nervioso, te lo callas, es muy probable que un porcentaje altísimo de la audiencia no se haya dado ni cuenta, ¡no se lo hagas notar tú!
Y, por la misma razón, a mis alumnos de empresa y a los que les hago entrenamiento para hablar en público, les digo siempre que lleven sus notas en una tarjeta, nunca en un folio, porque si estás nervioso y te tiemblan las manos, el folio multiplicará el movimiento y todo el mundo estará más pendiente de tus nervios que de lo que dices.
6.       Engáñate a ti mismo. ¡Funciona!
La audiencia no suele notar los nervios del ponente, o los nota mucho menos que él mismo, por tanto: olvídate de ellos, haz como si no existieran. Parecerá una tontería pero es el mejor remedio contra los nervios. ¿Qué te tiembla la voz? Ni caso, ya se pasará. ¿También te tiemblan las manos? Las colocas un rato en la espalda y sigues como si nada. Piensa que no estás nervioso, solo estás PREPARADO, con la adrenalina suficiente para que salga todo rodado.
7.       Y pase lo que pase, ¡sonríe!
Piensa que la gente está ahí porque le interesa el tema, por lo que, aunque estés algo nervioso no les va a importar si lo que dices es interesante, así que por favor ¡sonríe! Somos mucho más benevolentes con una persona que sonríe.
A hablar en público se aprende hablando en público, por eso, cada vez que tienes que hacerlo, es una oportunidad para mejorar. ¡Aprovéchala!

Las mejores ideas y consejos del mundo para hablar bien en público

·         Apuntarnos a un curso de oratoria.
·         Practicar. Buscar cualquier excusa para decir unas palabras en una reunión social, etc.
·         No abrir la boca en público si no creemos firmemente en lo que vamos a decir. Lo que "vendemos" es nuestra pasión/credibilidad/interés, sea cual sea el tema.
·         Concentrarnos.
·         No memorizar.
·         No contar chistes.
·         Ser actual. Vincular nuestras indicaciones con algún hecho del que se hable en el periódico de hoy.
·         Si empleamos materiales audiovisuales, conviene que sean claros y sencillos.
·         Repetirnos. Reducir nuestras ideas a cuatro o cinco e insistir en ellas de diez formas diferentes, para que lleguen al destinatario.
·         Contar historias. Los grandes oradores son grandes contadores de historias.
·         Que todas nuestras historias sean historias de "interés humano". De personas de verdad (de la empresa, clientes, proveedores) que hacen cosas de verdad.
·         Repartir material sencillo e interesante que resuma los puntos principales.
·         No mostrarnos nunca despectivos con los oyentes.
·         Establecer contacto visual con nuestros oyentes, pero solo con una persona cada vez.
·         Buscar con la vista a las personas que nos apoyan. Su lenguaje corporal positivo nos tranquilizará.
·         Saber que, contrario a las reglas más estrictas de la oratoria, no necesitamos un arranque deslumbrante para atrapar a nuestra audiencia. Ni tampoco un final chispeante. Lo que necesitamos son cuatro o cinco ideas claras de las que estamos absolutamente convencidos.
·         Ser modestos y reírnos de nosotros mismos. No hay nada más desagradable que la arrogancia o la prepotencia.

Fuentes:
Tom Peters

Natalia Gomez del Pozuelo

1 comentario :

  1. Ok están interesantes estas ideas..
    Para mejorar la elocuencia en público...Las pondré en práctica

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