Las estadísticas de
fracaso de los emprendimientos en países como los nuestros son abrumadoras; más
del 80% de las iniciativas de este tipo deben cerrar sus puertas antes de los
dos años de funcionamiento, y sólo un pequeño porcentaje pasa la barrera de la
subsistencia y logran crecer y proyectarse a más largo plazo.
En mi tradición de observar los sistemas de creencias y las motivaciones
que llevan a una persona a emprender con éxito, hoy me atrevo a aseverar que
existen al menos tres características que siempre estarán presentes en los
proyectos que logran sobrevivir:
1.
Claridad en
lo que se quiere lograr y foco mental persistente en eso
2.
Convicción y
una sensación de certeza inamovible en relación al éxito del proyecto
3.
Trabajo
persistente, entusiasta y alineado con los focos estratégicos del que emprende.
De estos tres factores creo en mi experiencia, que
lo más relevante es iniciar un emprendimiento con la absoluta certeza de que el
proyecto florecerá y que llevará a quienes lo lideran, al lugar que en algún
momento ellos mismos soñaron. Este estado tan particular siempre presente en
quienes saborean permanentemente el éxito de sus iniciativas, se llama
Convicción.
¿Qué es la Convicción?
La Convicción es un
“estado de certeza” que literalmente nos invade en nuestras emociones y en
nuestra corporalidad, es difícil de explicar sin embargo, no permite lugar a
duda respecto del destino de nuestros sueños. “La probabilidad de fracasar
sencillamente no está presente; no existe”
Cuando esta energía poderosa está ausente en
nuestras iniciativas, perdemos fuerza, perdemos Pasión y por supuesto
debilitamos la creencia de que “si es posible” y por lo tanto junto con
emprender, elaboramos muchas veces de manera incluso inconsciente, un plan B;
por si “la cosa no resulta”.
Emprender con Pasión y convicción, debe nacer con Fuerza en nuestros
corazones, no debe ser “solo una opción por si acaso…”, requiere de coraje y
decisión, de esa certeza que funciona como un poderoso imán frente los que nos
acompañan y siguen; es la Convicción, un verdadero ”estado del alma” (estado de
ánimo) que nos impulsa con determinación a cumplir con nuestro plan, desechando
de plano cualquier posibilidad de un plan B pues, un plan alternativo siempre
te quita energía para lograr tu verdadero propósito.
Por lo tanto, si has decidido emprender como una posibilidad solamente,
o si después de quedar sin empleo sientes que la única opción es arrendar una
oficina para “hacer algo”, o sencillamente inicias tu negocio y sigues siendo
empleado para alguna empresa, lo mejor entonces es desechar la idea pues,
inicias tu camino con miedo, con temor a perder, con “un pié dentro y el otro
fuera” es decir, sin la necesaria convicción que finalmente, es la mágica
energía que nos impulsará de verdad hacia la construcción de un futuro mejor
para ti y las personas que amas.
Te invitamos a desatar tu Fuerza interior, tus sueños postergados y tus
anhelos más profundos adormecidos y transformarte en aquel que proyecta en su
andar su seguridad frente a los desafíos que la vida impone y que transita por
la vida con una mezcla de Paz interior, Seguridad en mismo y la poderosa
creencia de que todo es posible. “De los Emprendedores es el Reino de los
Cielos”.
Fuente: Oscar Cáceres
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