Muchas de
las personas que deciden poner en marcha su propio negocio lo hacen motivadas
por el hecho de ser su propio jefe. Ahora que estamos en un momento de cambio
de año y donde nos marcamos nuevos propósitos y nuevas metas nos imaginamos un
2016 brillante, con nuevos proyectos, clientes, y si nos hacemos Independiente/Autónomo/Freelance, un año de libertad, de nuevas metas, de sueños
que están rondando en nuestra cabeza y que podemos cumplir, y por qué no, una
estampa donde trabajamos felices, cómodos, con nuestro propio horario y dentro
de una completa zona de confort.
Sin embargo,
el emprendimiento no está exento de riesgos y de inconvenientes y antes de
tirarnos a la piscina tenemos que valorarlo todo:
Solitario. Una de las principales características del trabajo del Independiente/ Freelance es que es solitario y agotador. En este proceso de inicio y
consolidación del proyecto solemos estar solos. Desde el inicio, en la
solicitud y entrega de documentación, en la burocracia administrativa, en las
obligaciones fiscales que tengamos.
En nuestro
camino, cuando tenemos problemas con clientes o proveedores, cuando no tenemos
tiempo para establecer relaciones comerciales, etc. Somos uno contra muchos frentes, y si no tenemos experiencia, todo
se hace más cuesta arriba. Además, nuestro día a día suele ser así.
El Independiente/ Freelance tiene que hacer de contable, de vendedor, de distribuidor en algunas
ocasiones, y en la mayoría de las ocasiones, lo hace en la soledad absoluta.
Además, a no ser que desarrollemos nuestro trabajo en alianzas o tengamos
socios compañeros en nuestro proyecto, las relaciones sociales a veces se
estancan.
Sin horarios. Cierto es
que el Independiente/ Freelance tiene mayor libertad a la hora de organizar su
tiempo. Trabajar desde casa y sin horarios puede ser, a priori, el sueño de
cualquier persona. Sin embargo, esto puede acabar resultando contraproducente.
Se trabaja en el mismo lugar donde vivimos,
donde dormimos y donde tenemos nuestro pequeño respiro. Trabajamos incluso más horas y en el mismo horario que nuestros
clientes o proveedores para que nos encuentren disponibles cuando se precise.
En definitiva, se trata de un trabajo que se acaba desarrollando en el mismo
lugar y con el mismo plan, hecho que provoca que acabe siendo tan rutinario como el trabajo de oficina.
Varios roles. Los Independiente/ Freelance asumimos varios roles en uno solo, algo que puede llegar a ser abrumador. Es más, a veces, no podemos dedicar
todo el tiempo de lleno a nuestros clientes porque a la vez tenemos que
gestionar cuestiones o problemas de tipo fiscal o laboral. Además, no contamos
con alguien que nos aconseje y nos oriente si vamos bien encaminados en la
presentación de proyectos, por ejemplo.
Pagos mensuales. El hecho de
hacernos autónomos lleva implícita un coste mensual y que debes pagar, factures
o no.
En
definitiva, lo que muchos consideran el paraíso, para unos se convierte en una
auténtica pesadilla. No obstante, si no somos capaces de gestionar de forma
adecuada todos los problemas derivados de nuestras nuevas funciones como Independiente/ Autónomo/Freelance, siempre
podemos contar con ayuda de profesionales, o Webs de asesoramiento, donde
podrás informarte de todas las novedades, normativa, cambios de legislación, etc.
Ante la
eterna pregunta: ¿merece la pena hacerte freelance? La respuesta no es nada
fácil. Ser Independiente/Autónomo/Freelance tiene sus
desventajas pero la satisfacción personal de ver tu proyecto crecer es
impagable.
En esta
decisión influyen tantos factores, como tipos de negocio y personas dispuestas
a ejecutar su proyecto ya que ser autónomo no
es solo trabajar con el corazón, sino también con la razón.
Ru Márquez
Díaz
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