Aunque
cada emprendedor es diferente y su negocio es distinto a los demás, siempre hay
rasgos comunes a todas las personas que
se arriesgan a hacer realidad sus sueños en el mundo empresarial, y
destacamos los siguientes:
Haz lo que te apasiona.
Busca lo que realmente te apasiona, lo
que se te da bien. Ambos elementos son imprescindibles. Verás que cuando algo
realmente te gusta y te llena, te entusiasmarás y contagiarás ese entusiasmo a
los demás.
Planifica todo.
Un emprendedor no deja nada a la
improvisación, elabora su plan de negocio pormenorizado, con los objetivos que
desea alcanzar y cómo desea alcanzarlos y, además, establece un plazo para
lograr esos objetivos de forma que el resultado sea medible.
Conoce a tus clientes.
Tus clientes son los que tienen que ser
el centro de cualquier acción que realices. ¿Qué desean, qué buscan y, sobre
todo, qué necesitan? Esas preguntas te las tendrás que hacer todos los días,
para adaptarte a los cambios del sector en el que quieras emprender.
Dar un valor a tu negocio.
Tu negocio es diferente al de la
competencia ¿Por qué lo es? Es fundamental que te hagas esa pregunta
continuamente porque ese será el valor de tu negocio.
Saber asumir riesgos.
Un emprendedor debe aprender a gestionar
riesgos, porque los va a tener que asumir como parte de su negocio.
Sé
un líder de equipos.
Un emprendedor es un buen líder, sabe
motivar para que todos los empleados o los equipos luchen juntos por conseguir
los objetivos comunes.
Aprende a gestionar equipos.
Gestionar equipos es uno de los retos
más complicados a los que se enfrenta cualquier emprendedor. Se trata de
seleccionar a las personas adecuadas para el proyecto, de hacer que cada
persona desarrolle sus mejores cualidades y aporte lo mejor de sí mismo al
negocio.
Innova y no seas conformista.
Un emprendedor siempre innova, nunca se
conforma, busca nuevas maneras de hacer las cosas, de ver el mundo, eso es lo
que le hace diferente, su creatividad en constante movimiento. No se conforma
con lo que tiene, quiere más.
No tengas miedo a los errores o al fracaso.
Cometer errores es humano, pero lo que
es complicado es asumir el fracaso, levantarse y seguir adelante. Vamos a
cometer errores, eso seguro, pero debemos tener la fortaleza necesaria para
continuar, para no perder nunca la esperanza.
Ten capacidad de aprender.
La enseñanza que obtengamos de cada
error, será fundamental para el futuro. Aprender y tener la capacidad de asumir
esa lección de cada error y de cada éxito nos hará más fuertes y tener una
visión mucho más amplia.
Sé asertivo.
Es cierto que debemos ser sinceros con
quien hablemos y con nosotros mismos, pero cuando nos dirigimos a otra persona
es necesario saber manejar la asertividad, saber de qué forma decir las cosas,
poniéndonos en el lugar de la otra persona.
Busca el logro de resultados.
Un emprendedor, se plantea metas
concretas y establece un tiempo para alcanzarlas. De esa forma puede medir el
logro de esa metas, modificar las metas si existe algún fallo, pero siempre
siendo realista.
Ten visión.
Se trata de tener unos objetivos claros
y muy definidos, de saber dónde queremos llegar con nuestra empresa y cómo
vamos a llegar.
Sé accesible.
Un líder siempre es accesible para los
demás, está ahí como un compañero más, alentando al equipo y motivando de forma
constante.
Busca información y formación.
Nunca debemos frenar nuestra necesidad
de información y de adquirir conocimientos nuevos. Cualquier cosa que nos dé
curiosidad la investigaremos, de forma que podamos obtener una lección de todo.
Sé perseverante.
No te rindas, la perseverancia es lo que
te ayudará a alcanzar lo que deseas. El camino no es recto y llano, tiene
muchas curvas, desviaciones, caminos sin salida, pero actúa siempre, sigue, se
trata de no darse por vencido.
Ten una buena autoestima.
Tener confianza en nosotros mismos y en
nuestra capacidad para alcanzar lo que soñamos es fundamental para poder
transmitir esa confianza a nuestro negocio y que nuestros clientes la sientan.
Involucrarse.
Tu negocio necesita que te involucres en
él, que trabajes por alcanzar las metas que te has marcado, que te esfuerces al
máximo.
Nunca dejes de soñar.
Como decía Steve Jobs: “Si tú no
trabajas por tus sueños, alguien te contratará para que trabajes por los
suyos”. Por lo tanto, no dejes nunca de soñar,
de pensar que puedes hacer realidad tus sueños y verás que se trata luchar por
lo que nos apasiona y convertirlo en algo real.
Recurso:
Infocif
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