Como emprendedor
tendrás que desarrollar muchas habilidades, formarte en diversas disciplinas,
conocer a muchas personas que te pueden ayudar, gestionar equipos, luchar día a
día por tus sueños, pero sobre todas las cosas, deberás confiar en ti mismo.
Hay
muchas cosas que te pueden frenar a la hora de emprender, y que son habituales
en todos aquellos valientes que se proponen hacer realidad un sueño
empresarial. Por ese motivo, vamos a analizar las principales fuentes de la
falta de confianza y la forma de hacerles frente, para poder mantener nuestras motivaciones
como emprendedores bien alta. Porque el secreto del
éxito es que realmente creas que eres capaz de conseguirlo.
Visualiza tu
objetivo.
Si tienes un
sueño, el primer paso para hacerlo realidad es imaginarte el sueño ya cumplido.
¿Cómo es ese momento? ¿Con quién estás? ¿Cómo te sientes? Cada día es
importante visualizar ese objetivo, ese momento en el que se logra, en el que
por fin, todos los esfuerzos realizados dan sus frutos. Esa visualización, hará
que se mantenga y aumente tu confianza y te dará fuerzas para continuar cada
día.
Ponte
en la piel de alguien que confía en sí mismo.
Cada vez que te
encuentres en una situación en la que dudes, en la que no sepas qué hacer,
piensa en alguien que conozcas que tenga mucha confianza en sí mismo, en qué
haría esa persona si estuviese en tu lugar. De esa forma, verás cómo reaccionar
antes situaciones que a priori resultan complicadas y que puedes superar con
una pequeña dosis de motivación.
Distingue
los miedos de los demás de los tuyos.
Si piensas
detenidamente en lo que te da miedo, te darás cuenta que la mayor parte de los
miedos, son de otras personas y derivan de lo que otros consideran que es lo
mejor para ti. Pero debes partir de dos premisas: tú sabes lo que es mejor para
ti y los miedos de otros no te deben influir porque son suyos y no tuyos.
Deshazte de tus
creencias.
Para confiar en
nosotros mismos, a veces debemos deshacernos de creencias que nos limitan y que
tenemos tan arraigadas que no somos conscientes de ello. La desconfianza en
nuestras propias habilidades, en ocasiones deriva de creencias que hemos adquirido
en nuestra infancia y que nos afectan de adultos, para llegar a pensar que no
puedes hacer una cosa.
Recurso:
Infocif
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